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Un ensayo de terapia génica causó un muerto por negligencias

La investigación oficial sobre la muerte de un adolescente, en septiembre pasado, durante un tratamiento experimental de terapia génica en la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos) ha revelado que los investigadores ocultaron información crucial que hubiera evitado el incidente. Según los últimos datos, los científicos nunca debieron permitir que el joven se sometiera al arriesgado ensayo, ya que su estado de salud era demasiado grave.Jesse Gelsinger, el paciente de 18 años, tenía unos niveles de funcionalidad hepática inferiores a los mínimos marcados por la autoridad sanitaria estadounidense (FDA) cuando los investigadores introdujeron en su flujo sanguíneo billones de virus modificados genéticamente, en un intento de curar su enfermedad hereditaria, llamada deficiencia de la ornitina transcarbamilasa.

Además, los científicos habían ocultado a la FDA que otros dos voluntarios sometidos previamente al mismo ensayo habían sufrido unos efectos secundarios tan graves que, de haber sido notificados, hubieran supuesto la inmediata suspensión del ensayo, según las normas acordadas con anterioridad por los científicos de la FDA. Los investigadores tampoco habían informado a las autoridades sobre otras pruebas con animales.

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