La MDMA como droga terapéutica

Los estudios sobre los usos terapéuticos de la MDMA son escasos y muy recientes. Desde su síntesis, la MDMA ha permanecido ignorada hasta la década de los años setenta, cuando algunos psiquiatras norteamericanos empezaron a ensayar con esta sustancia por su posible interés como coadyuvante en psicoterapia. Todas las investigaciones quedaron paralizadas a raíz de la prohibición de su uso clínico en 1985, pero un año después nacía en Estados Unidos la MAPS (Multidisciplinary Association for Psychedelic Studies), una organización sin ánimo de lucro para apoyar de la investigación científica sobre los posibles riesgos y beneficios de la MDMA como droga terapéutica. Algunos informes de casos clínicos sugieren que la MDMA puede reducir el dolor agudo y crónico experimentado por pacientes de cáncer en fase terminal, quizás la porción de dolor correspondiente a las variables emocionales, psicológicas y sociales. También se cree que puede ser útil en el tratamiento de enfermos con depresión y síndrome de estrés postraumático, un trastorno por ansiedad en personas que han sufrido una experiencia traumatizante, como una guerra o una agresión sexual.

Hasta ahora no se han realizado estudios científicos para evaluar la eficacia y seguridad de la MDMA como tratamiento accesorio en estos trastornos. Pero parece que pronto se tendrán algunos datos, ya que recientemente se han aprobado algunos estudios al respecto. La FDA (Food and Drug Administration), la máxima autoridad en EEUU en lo referente a drogas, ha dado su consentimiento para la realización de un estudio que, subvencionado por MAPS, pretende evaluar el uso de la MDMA en la psicoterapia de pacientes con cáncer.

Recientemente un congreso internacional en Israel sobre el uso clínico de la MDMA ha reunido a especialistas procedentes de diversos países. Entre sus conclusiones se destacó la necesidad de realizar estudios clínicos para evaluar un potencial uso terapéutico de esta droga.