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Las diputaciones vascas apuestan por mantener al anciano en su domicilio

Aurora Intxausti

Los programas y las políticas destinadas a las personas mayores en el País Vasco están experimentado una profunda transformación. El objetivo es mantener al anciano el mayor tiempo posible en su entorno y dedicar las plazas de residencias a personas con dependencia física o psíquica absoluta. En Euskadi viven casi 300.000 personas con más de 65 años. Las diputaciones destinan más de 16.000 millones de pesetas a mejorar su calidad de vida incrementando las plazas en centros de día, ayuda domiciliaria o teleasistencia.

La Unión Europea recomienda que existan cinco plazas en residencias por cada 100 ciudadanos mayores de 65 años. El País Vasco no llega a ese procentaje, pero tampoco les preocupa mucho a los responsables de Bienestar Social de cada territorio puesto que su política se orienta a mantener al anciano en su entorno el mayor tiempo posible. Los traslados a las residencias sólo se recomiendan en casos extremos, aquéllos en los que su dependencia física o psíquica es absoluta y a la familia le resulta imposible mantenerlos en casa. Frente a ello se están potenciando los centros de día, las teleasistencias, la ayuda domiciliaria y los programas para habilitar las viviendas de los ancianos.Euskadi cuenta con 295.000 personas mayores de 65 años y para ello las diputaciones destinan, en los tres casos, alrededor de una quinta parte de sus presupuestos forales de gestión.

En Guipúzcoa, un tercio de los hogares de esta provincia tienen una persona mayor en su casa. Por lo general, las viviendas no están habilitadas para acoger a personas con dificultades en su movilidad y por ello las barreras arquitectónicas obligan a 1.200 personas a permanecer enclaustradas y el 1,3% de los mayores viven en domicilios que son considerados por los servicios sociales como inhabitables. En la última década, según afirma Ramón Jauregi, director del Departamento de Bienestar Social de la Diputación de Guipúzcoa, se ha incrementado el nivel cultural, social, económico y de salud de las personas mayores y por tanto se está rompiendo el binomio vejez igual a desamparo. Las aportaciones para servicios sociales en el País Vasco están por encima de la media del resto de las comunidades españolas.

En Vizcaya, el número de plazas en residencias es algo superior al 3,5%. Mediante la ayuda domiciliaria se benefician 4.600 personas y hay 1.696 viviendas con telealarmas. El diputado vizcaíno de Bienestar Social, Ricardo Ansotegi, afirma que el progresivo envejecimiento de la población obliga a replantearse las ayudas. "Hoy una persona a los 65 años está perfectamente, y cuando comienza a tener problemas es partir de los 75 años. Para el 2005, el 46% de las personas mayores tendrá más de esa edad", asegura Ansotegi.

Álava es el territorio de la comunidad vasca que cuenta con un porcentaje mayor de plazas en residencias, pero también es superior el número de beneficiarios que perciben la asistencia de la diputación. Destina 4.102 millones de pesetas para las 41.000 personas mayores de 65 años que habitan en esa provincia. A primeros de años se abrirá una vivienda psicogeriátrica y centro de noche en Vitoria para 18 personas personas con demencia senil. El centro se ha construido al 50% entre la diputación y el Ayuntamiento de Vitoria.

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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Periodista. Trabajó en EL PAÍS entre 1985 y 2021, tanto en la redacción de el País Vasco como en Madrid. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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