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La NASA tiene ya pocas esperanzas de conectar con la nave que llegó a Marte

Un intento crítico realizado ayer a través de un satélite en órbita resultó infructuoso

Los técnicos de la NASA tienen ya pocas esperanzas de contactar con la nave Mars Polar Lander, que llegó a Marte en la noche del pasado viernes. El primer intento de comunicarse con ella a través de un satélite en órbita del planeta, realizado ayer, resultó infructuoso. Antes de dar la nave por perdida, los ingenieros están dispuestos a realizar varios intentos más, pero no ocultan ya su pesimismo respecto a la suerte de la nave y, sobre todo, respecto a que pueda cumplir su misión de estudiar la atmósfera y el terreno marcianos para detectar la existencia de agua.

Los técnicos del centro de control de Pasadena (California) recurrieron ayer a utilizar la nave Mars Global Surveyor, en órbita de Marte, como repetidor para contactar con la Mars Polar Lander, extraviada desde el pasado viernes. Durante 10 minutos, desde las 19.50 a las 20.00 horas, escucharon las señales procedentes del satélite en órbita marciana para ver si retransmitía las señales procedentes del módulo de aterrizaje de la Mars Polar Lander. Esto hubiera sucedido si el módulo, al no poder apuntar bien su antena parabólica para comunicación directa con la Tierra, hubiera recurrido, como estaba previsto, a utilizar una segunda antena, de UHF, omnidireccional, cuyas señales serían captadas por la sonda en órbita cuando pasara por encima a menos de 400 kilómetros de altura.Los responsables de la misión pudieron utilizar la Mars Global Surveyor, porque tampoco han dado señales de vida en todo este tiempo las dos microsondas que supuestamente dejó caer el módulo de aterrizaje diez minutos antes de impactar en el terreno marciano. Estas pequeñas sondas, que iban a incrustarse en el terreno y analizarlo para ver si contiene agua, debían comunicarse por separado con la Surveyor en los primeros días de la misión, hasta que se agotasen sus pequeñas baterías no recargables.

Menos posibilidades

Al fallar el intento de contactar con la Mars Polar Lander a través de la Surveyor, las posibilidades de encontrarla han disminuido mucho y las de que, si la llegan a encontrar, funcione, todavía más. Bombardear el lugar donde se supone que está la nave con órdenes continuas para que pase a equipos de reserva y probar otra vez con la Mars Global Surveyor mañana, por si la nave está todavía en estado de seguridad, o sea, inactiva, son las más atractivas.

"Todo el mundo cree que todavía podemos obtener señal de la nave, pero a medida que pasa el tiempo reconozco que tenemos menos confianza", dijo ayer Richard Cook, director de la misión, a los medios de comunicación congregados en el Jet Propulsion Laboratory (JPL) -el centro de control-. A pocos kilómetros de allí, en la Universidad de California en Los Angeles, los 130 científicos que pensaban trabajar con los instrumentos de la Mars Polar Lander durante dos o tres meses aguardaban ayer ansiosamente el resultado del intento de contacto. Algunos de los ingenieros del JPL y de los científicos del equipo llevan 10 años trabajando en distintos aspectos del proyecto.

A pesar de que no pueden contactar con el módulo de aterrizaje de la nave, los ingenieros creen saber con precisión donde se encuentra. Debe haber tocado tierra a unos 10 kilómetros del punto previsto, una zona cercana al polo Sur marciano, según Sam Thurman, director de operaciones de la misión. En aquella zona, explicó ayer Thurman, no existen accidentes orográficos que pudieran impedir las comunicaciones directas con la Tierra. En cuanto a las microsondas, debieron caer a unos 60 kilómetros al norte del módulo en un terreno probablemente más accidentado.

Sin embargo, es posible que muchas cosas hayan ido mal en la complicada fase de entrada en la atmósfera marciana. La incorrecta separación de las dos partes de la nave, la que le sirvió para realizar su largo viaje de 11 meses y 750 millones de kilómetros y la del módulo de aterrizaje, habría hecho que se estrellara. También se habría estrellado si se hubiera desprendido incorrectamente el escudo térmico que debía proteger el módulo durante el descenso. Cualquiera de estos dos escenarios explicaría el silencio de los tres elementos de la misión.

La nave extraviada era la primera en la historia de la exploración planetaria que iba a posarse en el polo de un planeta. En el caso de Marte, su polo Sur resulta especialmente interesante por el terreno, que presenta un aspecto bandeado, con bandas de distintos colores. Cómo se depositó este terreno en la larga historia del planeta (4.500 millones de años) y si está helado y contiene hielo de agua como el permafrost siberiano, son algunas de las incógnitas que se pretendían resolver.

Crisis

La Mars Polar Lander y su nave complementaria, el satélite meteorológico Mars Polar Orbiter, perdido en septiembre pasado, formaban la misión Marte 98 de la NASA, que ha costado 43.000 millones de pesetas. Su pérdida es un golpe muy fuerte para la agencia espacial estadounidense que puede comprometer las próximas misiones. No es probable que se cancele la exploración estadounidense de Marte pero sí se pueden producir grandes retrasos, hasta que se sepan las causas de este segundo desastre y se revisen todas las fases de cada misión.

Hasta el año 2005 estaba previsto enviar seis vehículos, dos cada dos años, cuando la posición relativa de Marte y la Tierra permiten estos lanzamientos. El último debía volver a la Tierra en 2007 con muestras de terreno marciano a bordo.

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