Algunos hoteles vascos tuvieron hasta un 40% de cancelaciones al acabar el alto el fuego

La ruptura de la tregua de ETA "no afecta para nada ni a la economía vasca ni a la española en general", afirmaba el lunes Rodrigo Rato, vicepresidente económico del Gobierno. Pero las cosas no están tan claras. Ese mismo día una empresa decidió suspender la celebración de su convención en San Sebastián. El resultado, 700 habitaciones vacías. No serán las únicas. Fuentes del sector admiten que las cancelaciones para el puente de la Constitución llegaron al 40% de las reservas, aunque luego la situación mejoró al comprobarse que el día 3 (final de la tregua) transcurría sin sobresaltos. El presidente de la Federación de Asociaciones de Agencias de Viajes, Jesús Martínez Millán, sí teme que el sector sufra un frenazo y subraya que, "si hubiese atentados, automáticamente el turismo huiría".El turismo ha sido uno de los pilares de la actual bonanza económica vasca. Gracias al efecto Guggenheim, el número de visitantes se ha multiplicado. El nuevo Kursaal, en San Sebastián, debía servir para otro tanto. En los 10 primeros meses de 1999, Euskadi ha recibido 1.287.000 visitantes, que han ocupado 2.413.000 plazas hoteleras, un 8% y un 10% más, respectivamente, que en 1998.

Pero el turismo no es el único sector económico que se ha visto favorecido por el alto el fuego. En los sectores industriales, donde las apuestas empresariales son a medio y largo plazo, los efectos de la tregua aún son difíciles de medir. Pero, en este periodo, multinacionales como Mercedes Benz o Ericsson han anunciado su intención de invertir en Euskadi. Como resultado, si en 1998 las inversiones extranjeras directas se situaron en 200.797 millones, con un retroceso del 1,2% respecto al año anterior a pesar de los controvertidos incentivos fiscales, en el primer trimestre de 1999 estas inversiones habían subido cerca del 75% sobre los tres primeros meses de 1998. También el producto interior bruto (PIB) viene registrando crecimientos reales sustantivos: desde el 2,5% de 1996 se pasó al 4,4% en 1997, al 5,2% en 1998 y hasta el actual 4,2%, una tasa por encima de la media estatal. La ocupación laboral, que alcanzó las 820.000 personas al finalizar el tercer trimestre de este año, supone un nuevo máximo para Euskadi.

¿Estarán todos esos logros en peligro? Josu Jon Imaz, consejero vasco de Industria, señala que "la sociedad vasca va a ser capaz de superar esta situación", y añade que "el País Vasco sigue teniendo una situación de paz y un horizonte de estabilidad, y eso lo valoran las inversiones". Más cauto, Román Knörr, presidente de la patronal Confebask, afirma que, si se rompe la tregua, "los efectos de la violencia en la economía se notarán en el medio y en el largo plazo y, previsiblemente, se reflejarán en la inversión extranjera". Knörr no está solo en esa angustia. Alfonso Basagoiti, presidente del Círculo Vasco de Empresarios, la patronal guipuzcoana Adegui o la Asociación de Jóvenes Empresarios de Euskadi también han mostrado su preocupación.