_
_
_
_

Condena de 114 millones a un médico y una comadrona por negligencia en un parto

La Sección Octava de la Audiencia de Barcelona ha condenado al ginecólogo Alfredo Estalella y a la comadrona Josefa López Satué a indemnizar con 114 millones de pesetas a los padres de un niño de Premiá de Mar que nació con parálisis cerebral por la imprudencia de los facultativos. La sentencia, que también impone a ambos profesionales seis meses de arresto y otros tantos de inhabilitación, será recurrida por los abogados ante el Tribunal Supremo. El representante de la fiscalía, José Joaquín Pérez de Gregorio, exculpó a ambos acusados durante el juicio al alegar la prescripción del delito. Su argumento era que al desaparecer con el nuevo Código Penal la imprudencia temeraria, los plazos de prescripción en estos casos pasaban de cinco a tres años, pero el tribunal ha rechazado esta tesis. El caso se puso en conocimiento de los tribunales a los 4 años y 10 meses de ocurrir, por lo que aún se encontraba dentro de plazo para denunciarlo. La acusación particular, en nombre de los padres de la criatura, pidió seis años de prisión para la comadrona y cuatro años para el ginecólogo, así como una indemnización de 250 millones de pesetas.

Las mismas fuentes han indicado que la Audiencia ha declarado la responsabilidad civil subsidiaria de la Congregación de Hermanas de la Caridad de Santa Ana, propietaria de la Clínica del Pilar, porque, pese a que los acusados no formaban parte del cuadro médico de este centro, el tribunal entiende que también se beneficia de actuaciones médicas como un parto. La indemnización se desglosa en 92 millones para el niño por los daños y perjuicios físicos y morales causados y otros 22 millones para los padres por los daños morales.

Los hechos ocurrieron el 16 de noviembre de 1988, cuando una parturienta de 24 años dio a luz un hijo en la clínica del Pilar de Barcelona, que, según el testimonio de los procesados, en aquella época carecía del instrumental médico propio para llevar a cabo un parto con garantías. Pese a que la paciente rompió aguas y le salieron de un color verdoso, signo de un parto de riesgo, la comadrona, según la acusación, siguió adelante con el alumbramiento sin adoptar las mínimas medidas necesarias, mientras que el médico no llegó hasta que el bebé ya coronaba. Consecuencia de esta actuación fue el nacimiento de un niño con sufrimiento fetal porque el cordón umbilical estaba enroscado en el cuello de la criatura.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_