El uso militar de una isla puertorriqueña provoca una campaña de desobediencia
El presidente de EEUU, Bill Clinton, debe tomar en los próximos días una decisión que puede poner en contra de él y de su partido a la numerosa comunidad puertorriqueña que vive en el territorio continental y que constituye una importante masa de electores. Se trata de la reanudación de ejercicios militares en la isla puertorriqueña de Vieques, donde, desde abril, existe una campaña de desobediencia civil por la muerte de un hombre. Soberanistas puertorriqueños reclamaron ayer en Madrid la salida del Ejército de la isla.
El pasado abril, un vigiliante jurado, David Sanes, murió en Vieques como consecuencia de un accidente producido durante unas prácticas de tiro. "La Marina ni siquiera entregó el cuerpo a las autoridades", denunció ayer Ramón Darío Molinary, de la recién constituida Acción Soberanista Puertorriqueña en Europa (Aspe). La muerte de Sanes ha provocado una campaña de desobediencia civil en la isla, habitada por 9.300 personas. Entre sus acciones de protesta destaca la invasión de terrenos pertenecientes a la Armada estadounidense y que los soberanistas puertorriqueños reclaman como propios.Según reconoció ayer el vicealmirante estadounidense Craig Quigley a la agencia Reuters, se están produciendo intensas negociaciones entre el secretario de Defensa, William Cohen; el gobernador de Puerto Rico, Pedro Roselló, y el mismo Clinton para encontrar una solución a la crisis. Mientras, la Armada de EEUU prosigue con sus planes para reanudar a partir del día 15 sus ejercicios. El portaaviones Eisenhower, con varios buques de apoyo y un destacamento anfibio, se encuentran de maniobras en la zona. "Es una sutil medida de presión", opinó ayer Molinary. Para el Pentágono no es más que un ejercicio rutinario antes de que las citadas tropas viajen hasta el Mediterráneo y el golfo Pérsico.
"El Gobierno de Estados Unidos ha alquilado Vieques para ejercicios militares de otros países, entre ellos miembros de la OTAN. Queremos que España presione dentro de la OTAN para que no se utilice la isla de Vieques", propuso Manuel Torres Márquez, otro dirigente de Aspe. Para Molinary, la isla ha sido convertida en "la diana de la Marina estadounidense"
La cuestión de Vieques ha entrado de lleno en la política interna norteamericana por la decisión de Hillary Clinton de presentar su candidatura al Senado por Nueva York. En territorio continental estadounidense viven 2.600.000 puertorriqueños, la mayoría concentrados en torno a Miami, Chicago o Nueva York. En esta última ciudad, el voto puertorriqueño influye mucho en los resultados demócratas y es donde los senadores y congresistas puertorriqueños, así como el presidente del condado del Bronx, han advertido sobre las consecuencias negativas en las urnas de una posible reanudación de las prácticas militares.
Los representantes de Aspe abogan por un nuevo referéndum para la independencia de Puerto Rico y culpan a la actitud de los puertorriqueños "que han preferido el estómago al cerebro y el corazón" de que hasta ahora esta opción haya sido postergada en las urnas en favor del mantenimiento actual de Estado Libre Asociado, que obtuvo en 1952. Los puertorriqueños son ciudadanos de Estados Unidos desde 1917, aunque con algunas características especiales. No pueden elegir al presidente de la nación, no pagan impuestos al Estado federal y tienen representación propia en competiciones deportivas internacionales.
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