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Las momias andinas, los japoneses y un viejo virus

El estudio de los restos de antiguos pobladores de los Andes indica que su origen es asiático

Un virus muy antiguo ha sido el hilo del que han tirado investigadores japoneses para intentar determinar de dónde salieron los primeros pobladores de la América andina. Su conclusión apoya la tesis de que los habitantes andinos tienen origen mongoloide, ya que los pobladores de Asia pasaron a América hace unos 20.000 años, aunque todavía no se conoce si hubo una o varias rutas y una o varias migraciones. Una conclusión que sin duda agradará a la colonia de origen japonés de esta zona del mundo (en la que sobresale el presidente de Perú, Fujimori) que, a partir de ahora, se encontrará más en su casa.El retrovirus HTLV-1, del mismo tipo que el virus del sida, está asociado a una leucemia y a otra enfermedad, y está demostrado que estas dolencias se dan sobre todo en una zona de Japón y en América del Sur. Por eso los japoneses decidieron estudiar el virus en 104 momias de hace unos 1.500 años desenterradas en diversos yacimientos del norte de Chile, para ver si ya estaba allí hace tanto tiempo y cómo ha evolucionado desde entonces.

Los investigadores, del Instituto de Investigación del Cáncer Aichi, de Nagoya (Japón), consiguieron encontrar material genético del virus antes de desarrollarse (el provirus) en la médula ósea de dos de las momias y leerlo bien en una de ellas. Publican en la revista Nature Medicine sus conclusiones, y éstas revelan que los antiguos pobladores de Mongolia se llevaron consigo a América el virus, que sigue siendo casi el mismo en las momias chilenas, en los japoneses actuales y en los pobladores andinos actuales.

Existe otro virus similar, el HTLV-2, denominado del Orinoco, que también se encuentra en América, pero en otras zonas, y una persona no puede ser infectada por los dos virus. Así, los japoneses han resuelto un problema, pero les queda el otro: con qué pobladores llegó a América el otro virus.

Las momias estudiadas por los investigadores japoneses están en los museos de San Miguel en el valle de Azapa y en el del Padre Le Paige en el desierto de Atacama, y proceden de antiguos cementerios. La edad de cada momia fue determinada mediante datación con carbono 14 y su superficie fue estudiada con detalle para excluir la contaminación de la momia con sangre de otra persona. Se extrajeron muestras de médula ósea del fémur y el húmero de cada momia y se siguieron reglas de rigurosa asepsia para evitar la contaminación de las muestras antes de su estudio.

El origen y el tiempo de llegada de los primeros pobladores de América se ha convertido en un tema de gran actualidad, porque nuevos estudios han echado por tierra la hipótesis de los arqueólogos estadounidenses durante gran parte del siglo XX, según la cual los primeros habitantes fueron los de América del Norte, ya que llegaron a pie por el estrecho de Bering, entonces practicable, hace 11.500 años, procedentes de Asia. Es decir, que los primeros pobladores eran los de Alaska y que la primera cultura era la de los indios de Clovis, en Nuevo México. Todo muy estadounidense.

Para explicar la presencia de restos de muy poco tiempo después en zonas muy distantes, los arqueólogos habían deducido que los Clovis se movieron rapidísimamente y en sólo 1.000 años colonizaron toda América.

Sin embargo, hace ya varios años que las evidencias científicas han despojado a los Clovis de su etiqueta de cultura única y a los arqueólogos de su simplista hipótesis. La colonización de América se presenta mucho más compleja. Es probable que hubiera varias olas migratorias de navegantes a lo largo de varias decenas de miles de años y que el origen no fuera siempre Asia, sino que también llegara gente de Europa y de Australia. La navegación por el Pacífico con las técnicas existentes hace miles de años se ha demostrado en varias expediciones, entre ellas la famosa Kon-tiki de Thor Heyerdhal.

El descubrimiento que más ha aportado en este sentido es el del yacimiento de Monte Verde, en Chile. Excavado por arqueólogos chilenos y estadounidenses, las dataciones de los restos indicaron reiteradamente que su antigüedad era de 12.500 años. Mucho tuvieron que correr los mongoles para llegar tan lejos tan pronto, ya que el corredor de las Rocosas, el camino de paso entre glaciares, no se abrió hasta hace 13.000 años. La cultura de Monte Verde, por otra parte, es muy distinta de la de Clovis. Y un nuevo dato se ha venido a sumar a la polémica. Lucía, el esqueleto de una mujer, encontrado en Brasil, que supuestamente data de hace 11.500 años, presenta rasgos negroides. Su origen podría ser Australia. En toda esta cacofonía arqueológica, la genética, con virus o sin ellos, tendrá mucho que decir.

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