Todas las miradas apuntan ahora al desarme de los paramilitares
El Ejército Republicano Irlandés (IRA) barajaba ayer, en secreto, tres nombres para designar al interlocutor que el grupo debe enviar ante la Comisión Internacional de Desarme presidida por el general canadiense John de Chastelain. Este paso es esencial para lograr el éxito de las negociaciones destinadas a liquidar los arsenales de las bandas paramilitares de Irlanda del Norte.Fuentes bien informadas aseguraban anoche en Belfast que la identidad del representante del IRA probablemente se mantenga en secreto durante el proceso. "Razones de seguridad", explicó una fuente allegada a la comisión que se encargará de la compleja tarea de desarmar a todas las facciones del Ulster.
En el campo unionista existe cierto escepticismo. "No queremos nombres ni palabras; queremos hechos; ver que el IRA entrega sus arsenales y ver cómo Chastelain los destruye", comentó una alta fuente próxima a David Trimble, el líder del Partido Unionista del Ulster y jefe del Gobierno autónomo designado ayer.
La decisiva aceptación de Trimble de incluir a dos ministros del Sinn Fein de Gerry Adams, el brazo político del IRA, en el Gabinete designado en la sesión de ayer es una gran maniobra política que obliga ahora a los pistoleros republicanos a dar un paso, una señal inequívoca de buena voluntad. Ésta podría surgir incluso antes del jueves. No se descarta un pronunciamiento del IRA en las próximas horas.
Toneladas de armas
Trimble ha amenazado con renunciar a la jefatura de su partido (y provocar de paso un estrepitoso fracaso de todo el proyecto de paz) si el IRA no comienza a entregar sus armas hacia comienzos de febrero próximo. El Sinn Fein ha reaccionado airadamente. Adams ha acusado a Trimble de imponer arbitrariamente plazos y ha advertido de que, con esas declaraciones, el jefe del UUP no conseguirá soluciones, sino avivar la tensión.Cálculos extraoficiales indican que el IRA posee entre cinco y ocho toneladas de armas, amén de un considerable depósito de explosivos. La organización mantiene una superioridad militar frente a los arsenales de los extremistas protestantes. Pero si comienza a acceder gradualmente a una operación de desarme, la presión recaería instantáneamente sobre sus enemigos paramilitares del campo lealista y unionista.
"El que entregue la primera bala, lo hará pensando exactamente en esa ecuación", dijo una fuente política. "Por eso, a esta altura, al IRA le conviene demostrar cierta flexibilidad y ofrecer gestos de buena voluntad".
La otra cara de la moneda es un eventual endurecimiento de las organizaciones armadas republicanas más radicales, como el IRA Auténtico y el IRA de Continuidad. Según la policía británica, éstas estarían planeando actividades para sabotear el proyecto de paz.
