Trimble se enfrenta hoy a un partido dividido ante el proceso de paz del Ulster

El Partido Unionista del Ulster (UUP), la principal fuerza política de Irlanda del Norte, mantenía anoche nervioso optimismo sobre la convención que debe decidir el futuro político de su jefe, David Trimble, y del proceso de paz. La crucial sesión de los cerca de 860 miembros del consejo del UUP en Belfast decidirá si Trimble recibe mandato para seguir negociando la paz con los republicanos del Sinn Fein de Gerry Adams y su brazo armado, el Ejército Republicano Irlandés (IRA).

En breves declaraciones formuladas ayer a la BBC, David Trimble volvió a hacer un llamamiento para "salir del estancamiento y dar una oportunidad a la paz" en el Ulster. Trimble, que permanece bajo el acoso de los sectores radicalizados del unionismo -opuestos al diálogo con los republicanos mientras el IRA no cumpla con su oferta de entregar sus arsenales a la comisión internacional de desarme presidida por el general canadiense John de Chastelain-, tratará de superar las profundas divisiones internas dentro de su partido y ahuyentar el fantasma de una escisión del UUP. "Si decimos que no, no habrá desarme ni Gobierno en Stormont", manifestó Trimble en un comunicado por escrito. "Todo lo que hemos ganado para el unionismo en el acuerdo será perdido, y el daño que le causaremos será en vano". "Hemos llegado demasiado lejos como para volver atrás ahora".Una encuesta realizada por el diario londinense The Daily Telegraph concluía que Trimble ha perdido considerablemente apoyo a su postura conciliatoria, y pronosticaba un empate entre las dos posturas. En caso de que Trimble no consiga el apoyo de su partido, ello equivaldría a un retorno a la fase de parálisis que ha venido bloqueando el proceso de paz alcanzado hace casi dos años en Stormont, en el llamado Acuerdo de Viernes Santo.

Según el plan acordado la pasada semana, Trimble deberá formar un Gobierno autónomo con al participación de dos representantes del Sinn Fein a fin de dar simultáneo curso a la campaña de desarme y al establecimiento de las instituciones encargadas de allanar el camino hacia el fin del control británico en la provincia. Si Trimble consigue el apoyo de su partido, el Gobierno británico traspará el poder a la provincia la semana próxima.