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Carmona acude en masa al estreno de 'Nadie conoce a nadie'

La película está rodada en la ciudad sevillana

"¡Director, quiero un autógrafo!", gritó una voz a Mateo Gil desde la barandilla de acceso al teatro. Era Benito Zambrano, el cineasta lebrijano que quería rendir homenaje a su colega en el estreno de su primera película como director, Nadie conoce a nadie, en la localidad sevillana de Carmona. El público acudió en masa al teatro Cerezo, donde se proyectó el filme, a cuyo estreno no pudieron acudir dos de sus protagonistas, Eduardo Noriega y Jordi Mollá.

Acompañado por la actriz Paz Vega, otra de las protagonistas, Mateo Gil entró en un teatro abarrotado donde varias admiradoras le reclamaban autógrafos. Allí se encontraban muchos de los carmonenses que habían hecho de extras en la película, rodada en Sevilla, pero fundamentalmente en Carmona, donde se han filmado las escenas de Semana Santa. "Dicen que va a haber polémica. Por lo que he leído, me parece que se va a formar un buen follón en Sevilla", comentaba Mario Ortiz, un vecino de La Línea de la Concepción que acudía al estreno. El actor Jesús Olmedo, que en Nadie conoce a nadie interpreta a uno de los jugadores de rol que envuelve a un joven escritor (Eduardo Noriega) en un macabro juego que salpica la Semana Santa de atentados, le respondía: "No te va a dejar indiferente. Debería haber polémica porque pone a Sevilla y su Semana Santa de vuelta y media. Y es bueno que la haya". Olmedo lo decía con conocimiento de causa: es sevillano.Ése fue el comentario más repetido después de la proyección. Algunos asistentes calificaron la película de "atrevida". "Desde luego no ha caído en el tópico. La verdad es que mucha gente de Sevilla piensa como en la película, pero no se atreven a decirlo. Es bueno que se cree polémica, aunque la verdad es que a los sevillanos nos ponen de tontos. Creo que a mucha gente le va a sentar mal", opinaba una espectadora a la salida.

Probablemente, la joven pensaba en una frase de Jordi Mollá (Sapo en el filme) que despertó una pequeña reacción en el público, que en ningún momento pareció molestarse en serio: "Cualquier cosa que hagan los sevillanos es una chapuza".

Algunos pensaban que las escenas de Semana Santa se han rodado en Carmona y no en Sevilla por el rechazo que pudiera provocar en la ciudad, donde la Semana Santa está tan arraigada, pero la razón de que Mateo Gil eligiera esta localidad era más sencilla: "En Carmona había más facilidades. Rodar en la misma calle y cerrarla al público durante siete días era complicado hacerlo en una gran ciudad", explicó.

Comienza la proyección. Se oyen exclamaciones de admiración ante las vistas aéreas de Sevilla. "¡Pero qué bonito, por favor!¡qué emoción!" decía una joven entusiasmada que le había pedido al director que le firmara una foto en la que aparecía él con varias chicas -"Después te la firmo, que ahora me da vergüenza", le respondió Gil-.

Durante la proyección, muchos de los extras del pueblo no dejaban de reconocerse en la película. Allí estaba Juan Carlos Orihuela, un estudiante de Fisioterapia que interpretaba a uno de los costaleros que llevaban el paso de palio, y para quien el rodaje fue agotador. "Eran muchas horas y trabajábamos durante toda la noche. A veces me iba a estudiar sin haber dormido", relataba, pero el esfuerzo le valió la pena. "El equipo era muy agradable y me encanta que Carmona salga en la película."

Los nombres de las cofradías que aparecen en Nadie conoce a nadie (basada en la novela homónima de Juan Bonilla) son parecidos pero no iguales a los de las hermandades sevillanas. "La Virgen de las Cinco Llagas", señalaba otro espectador, es la Macarena. ¿Cuál si no va a salir de madrugá en Sevilla y por la calle Feria? Pero no pueden hacerlo tan explícito porque los macarenos se ofenderían si ven que en una película le ponen una bomba a su Virgen".

Pabellón del Vaticano

Carmonenses y sevillanos alucinaron cuando vieron saltar por los aires el pabellón del Vaticano en el recinto de la antigua Expo. -"¡Qué bien hecha está la explosión"- y disfrutaban al recorrer con los protagonistas las calles y edificios que les resultaban tan cotidianos. "Yo, el defecto que le veo", apuntaba otro espectador, "es que si no conoces las claves de la ciudad a lo mejor no entiendes bien el sentido".Aunque el sonido no era bueno por la acústica del teatro y algunas frases eran casi inaudibles, el público fue agradecido. Salir de la sala fue casi una odisea y los miembros del programa Andalucía directo, de Canal Sur, a punto estuvieron de enredar con los cables a la multitud que esparaba afanosa para ver a los miembros del equipo de rodaje, y especialmente a varios actores de la serie de televisión Plaza Alta, que participan en la película.

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