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CUMBRE DE LA HABANA

Una condena y una justificación

La declaración de La Habana podrá ser interpretada como se quiera y desde el ángulo que se desee, pero la conclusión no puede ser más clara: condena "una" extraterritorialidad y justifica "otra". La primera es la aplicación extraterritorial de la ley interna de un país -caso de la Helms-Burton-, mientras la segunda es el caso Pinochet o cumplir con la obligación que surge de la firma de los tratados internacionales. En uno de los raros pronunciamientos del Gobierno de José María Aznar en el caso Pinochet, el ministro de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, explicó el 11 de julio de 1999, en una nota dirigida a Chile, la actuación española.Así, frente a la denuncia chilena de que España traiciona lo aprobado en Oporto y otras cumbres iberoamericanas, Matutes decía: "Me parece necesario disipar un malentendido que dificulta el tratamiento de este problema de manera sosegada y racional. Me refiero a la existencia de ciertas excepciones al principio de territorialidad de la jurisdicción, que están previstas y amparadas por el derecho internacional vigente. Las diferentes convenciones de prevención y represión de ciertos crímenes contra la humanidad no sólo permiten, sino que obligan a los Estados a introducir la represión de dichos crímenes en sus legislaciones internas y a asumir directamente jurisdicción sobre ellos. No es ésta la extraterritorialidad que hemos condenado en el ámbito de las cumbres iberoamericanas, últimamente en la de Oporto".

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En su respuesta del 23 de julio de 1999, el canciller chileno Juan Gabriel Valdés escribió: "Usted justifica la acción de los tribunales españoles. Debo manifestar mi absoluta discrepancia acerca de la competencia de la jurisdicción española".

España ha conseguido el apoyo de la cumbre para apoyar acciones judiciales extraterritoriales amparadas en el cumplimiento del derecho internacional. Si llega la demanda de Chile ante el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya, España podrá, también, apoyarse en esta declaración para defender su actuación.

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