Viento y sol para criar conejos
Una granja de Urduliz es la primera empresa vasca que emplea sólo energías renovables
Koldo Zuazo, criador de conejos, se vanagloria de su "independencia eléctrica". "El otro día hubo un apagón y éste fue el único sitio con luz en toda la zona". Y es que Zuazo, un joven que ha montado su negocio en uno de los montes del municipio de Urduliz, tiene desde hace seis meses la única instalación industrial en toda Euskadi que funciona solamente con energía solar y eólica.Es una granja de conejos, abocada a recurrir a una energía alternativa por su localización en lo alto del monte. El coste de la extensión del tendido eléctrico disparaba la inversión del negocio. "No teníamos ni luz ni agua. Primero miramos el tema de la energía solar y luego la eólica". Un presupuesto de cinco millones, de ellos casi dos subvencionados por el Ente Vasco de la Energía (EVE), ha posibilitado la autonomía energética mediante ocho paneles solares de 165 watios cada uno y un aerogenerador que, con la fuerza del aire, proporciona tres kilowatios.
Koldo Zuazo ve ahora multitud de ventajas en esta energía natural. No padecerá los problemas de un apagón en un negocio donde es fundamental disponer de energía a todas horas -los conejos no aguantan temperaturas superiores a los 30 grados y es fundamental la refrigeración en verano- y ahorrará el elevado consumo energético de la granja, equivalente al de dos familias de cuatro personas.
"Los problemas de falta de energía están descartados. Esto sólo depende de las baterías, pero, si se desconectan, la energía no se pierde. Además, ante cualquier fallo, garantizan entre ocho o diez días de autonomía. De todas maneras, hay un grupo electrógeno de apoyo", explica Iñigo Urkiola, uno de los técnicos de Norsolar, la empresa instaladora.
Urkiola defiende con pasión estas energías renovables, que van proliferando con lentitud. Ahora funcionan en Euskadi 271 instalaciones que combinan la tradicional y las alternativas, desde fotovoltaicas y eólicas, como las que emplea Zuazo en su granja de conejos, hasta las solares y térmicas, que se utilizan sólo para lograr agua caliente. Y existen otros 71 proyectos en ejecución. Todo ello suma una potencia cercana a los 180 kilowatios, una cifra que refleja la bisoñez de estos tipos de energía.
"Yo estoy contento. No he tenido ningún problema", señala Koldo Zuazo, mientras mira cómo la hélice del aerogenerador gira sin pausas. En esta zona el viento pega sin descanso y las palas de la hélice se han cambiado ya en tres ocasiones. "Eso que es un equipo diseñado para la Antártida. El fabricante, que es de Alicante, nos ha mostrado su asombro", precisa Iñigo Urkiola. En el interior de la granja, donde hay 500 conejas reproductoras y cientos de descendientes en taquillas perfectamente alineadas, nada indica que funcione gracias al sol y el viento. Zuazo empuja un interruptor que acciona las lámparas fluorescentes. Como en cualquier vivienda o empresa.
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