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Pujol propone debates sobre educación, familia y valores sociales

VIENE DE LA PÁGINA 1 A juicio de Jordi Pujol, "un país con poder propio, con la última palabra en todo aquello que le es básico para su personalidad como pueblo y también en todo aquello que un país tiene la obligación de proporcionar para el bienestar de sus ciudadanos, su seguridad y su promoción".

No hubo ni novedades ni grandes concreciones y Pujol se limitó a resumir las cuatro conferencias pronunciadas a lo largo de este año y que se sintetizan en reclamar más autogobierno y mejora del sistema de financiación autonómica. Para alcanzar estos objetivos Pujol pidió el consenso de todas las fuerzas políticas catalanas, aunque posteriormente no descartó que el futuro Gobierno de la Generalitat negocie unilateralmente con el central si este objetivo no es posible.

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Pero el presidente en funciones no evitó pintar con tintes oscuros la situación actual de Cataluña. "Muchos de los que nos miran desde fuera valoran mucho lo que hemos hecho y lo que hacemos. Pero nosotros, que queremos obtener una muy buena marca en esta carrera, sabemos que nos hacen correr en condiciones de inferioridad", subrayó. El candidato incluso llegó a argumentar que el poder central con el que mantienen alianza desde 1996 "amenaza y limita el poder político que el Estatuto y la Constitución" otorgan a Cataluña. Esta interpretación restrictiva, a juicio de Pujol, pone en peligro el futuro y la propia identidad de Cataluña "como nación".

Política social

En línea con el programa presentado por CiU en las elecciones autonómicas, Pujol quiso llevar las reivindicaciones nacionalistas al terreno social, con el fin de que puedan ser compartidas por sectores alejados de esa ideología convergente. Así, llegó a proponer grandes debates sociales sobre la reforma educativa, las políticas de apoyo a la familia y los valores éticos y morales de la sociedad. También hizo especial referencia al respeto a los inmigrantes y a la necesidad de que se identifiquen con la lengua y la cultura catalana. Ni una sola referencia al primer gran debate que deberá afrontar de forma inminente: el del control político de los medios de comunicación públicos, impuesto por todos los partidos excepto por CiU.

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Estas continuas citas a los grandes debates del futuro fueron consideradas por la oposición como fugas hacia adelante, en un intento de llevar el discurso de investidura a un terreno poco comprometido y que no levantara ampollas. Ese intento de no provocar problemas con sus probables aliados de investidura no había dado frutos anoche.

ERC, que ya se conoce como "aliado sentimental" de CiU, había avanzado que votaría no en la primera vuelta de la sesión de investidura, que se celebra hoy. Mientras, continuaban las negociaciones con el PP, cuya intención de voto se mueve entre la abstención y el sí.

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