Un terreno abonado para la endogamia
La descripción del funcionamiento real de la asignación de ayudas a la investigación sanitaria refleja una situación de endogamia, dado el intercambio de posiciones entre quienes aprueban las subvenciones y quienes las reciben, así como indicios de un terreno abonado para el favoritismo."El Tribunal de Cuentas ha comprobado", señala en su informe dirigido al Parlamento, "que la dirección del Fondo de Investigación Sanitaria financió cinco proyectos en el periodo de 1993 a 1997 en los que la investigadora principal" era la misma persona. Recibió ayudas a través del Centro Universitario de Salud Pública y de la Escuela Andaluza de Salud Pública para investigaciones con objetivos "prácticamente indistinguibles" y una misma denominación: "Mantenimiento de la calidad de vida de las personas mayores mediante el mantenimiento de la comunidad".
La fiscalización de algunas ayudas para formación y perfeccionamiento de los investigadores mostró anomalías similares. Siete expedientes de solicitud de becas de ampliación de estudios "fueron calificados primeramente como aceptables por el evaluador y denegados posteriormente, en la misma hoja de evaluación, por otra persona no identificada que tachaba la calificación anterior y consignaba otra distinta. En la resolución del jurado calificador no constaba ni el motivo de tal procedimiento ni la causa de la denegación posterior", constata el Tribunal de Cuentas.
El informe del Tribunal de Cuentas diferencia desde el principio entre la responsabilidad de los investigadores -que se ciñe a la justificación de la tarea experimental realizada con las subvenciones- y la referida al uso de esas ayudas, que corresponde a los gestores de los centros hospitalarios.
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