Los científicos de la UE dan la razón a Londres y avalan la salubridad de su vacuno

Ni apaño político ni solución de compromiso. Francia sufrió ayer una amarga derrota en su contencioso contra el Reino Unido por las vacas locas. Los 16 expertos que forman el Comité Científico Director (CCD) dictaminaron por unanimidad que "no hay ninguna base" para revisar las conclusiones generales que acordaron ellos mismos y que permitieron el 1 de agosto levantar el embargo que pesaba sobre el vacuno británico. A su juicio, la enfermedad va desapareciendo de acuerdo con lo previsto y no hay indicios de que haya una vía de contaminación desconocida hasta ahora.

Los tabloides británicos podrán festejar hoy una victoria en todos los frentes. Las conclusiones del comité científico, hechas públicas ayer tarde en una multitudinaria rueda de prensa, no dejan lugar a la duda. Quizá el informe elaborado por los expertos y todavía no divulgado permita a París salvar la cara y poner condiciones antes de levantar el embargo. Pero las conclusiones son demasiado taxativas.El comité subraya que ha llegado a la conclusión "unánime de que no comparte la inquietud expresada por la Agencia Francesa de Seguridad Sanitaria de los Alimentos sobre la seguridad de la carne y los productos cárnicos exportados por el Reino Unido" bajo las condiciones que se le impusieron en su día.

"Los detallados exámenes de los datos disponibles y las nuevas evaluaciones indican que no hay ninguna base para revisar las conclusiones generales" a las que había llegado ese comité cuando recomendó el levantamiento del embargo a la carne británica. "La seguridad de la carne británica y los productos cárnicos es comparable a la de los alimentos procedentes de cualquier otra parte de la Unión Europea", concluyen, rotundamente, los expertos del máximo órgano asesor de la UE en materia científica.

Los expertos rechazan los temores franceses de que la lentitud con que parece remitir la enfermedad de las vacas locas pueda deberse a la existencia de una vía de infección desconocida. Y lo rechazan porque niegan la mayor: a su juicio, los franceses no disponían de todos los datos sobre la evolución de la enfermedad, y si hubieran dispuesto de ellos habrían podido concluir que ésta disminuye de acuerdo con todas las previsiones.

No a la tercera vía

"No hay ninguna prueba de que haya una tercera vía de infección", explicó el presidente del comité, precisamente un francés, Gérard Pascal. "Nunca se puede descartar que haya otra vía, pero no tenemos ninguna prueba de que la enfermedad se transmita por una vía distinta de las dos que conocemos: por los piensos animales y a través de la madre", subrayó.

La unanimidad del dictamen de los expertos elimina cualquier posibilidad de componenda política. A la luz del dictamen de ayer, el Gobierno francés tiene pocos argumentos científicos para avalar su decisión de no levantar el embargo contra la carne procedente del Reino Unido.

Pero el comisario responsable de la Seguridad Sanitaria, el irlandés David Byrne, no quiso ayer atacar frontalmente a París y se abstuvo de amenazar con enviar a Francia al Tribunal de Luxemburgo si no acata la decisión. "Creo que Francia y Alemania deberían evaluar las opiniones del Comité y levantar sus restricciones nacionales a las importaciones de carne británica", se limitó a decir. "La semana que viene espero reunirme con Nick Brown y Jean Glavany para analizar la opinión de los científicos", añadió.

La diferencia entre Alemania y Francia es que este país ha anunciado su intención expresa de mantener el embargo contra la carne británica apoyándose en nuevos datos evaluados por sus científicos. Alemania tiene una posición algo distinta. Por un lado, los gobiernos regionales tienen potestad para mantener el embargo aunque se oponga a ello el Gobierno federal. Por otro, Berlín se ha limitado a pedir tiempo para analizar los datos franceses antes de tomar una decisión desde el Gobierno federal.

El presidente del Comité Científico Director, Pascal, y otro de sus miembros, el holandés Albert Osterhaus, restaron importancia a la división de opiniones mostrada el lunes por los 10 expertos que forman el comité, más especializado y de menor nivel jerárquico, que examina la evolución de la enfermedad de las vacas locas.

Más distancia

Tres de esos especialistas concluyeron entonces que los nuevos elementos en estudio podrían justificar una reinstauración del embargo. "Son expertos muy especializados que defienden con gran tesón sus propias posiciones. Pero nuestro comité no está formado por especialistas en la ESB [encefalopatía espongiforme bovina, nombre técnico del mal de las vacas locas] porque se trata de tomar más distancia sobre el asunto. Y nuestra opinión unánime es que no hay razones para cambiar nuestro anterior dictamen", dijo Pascal.

La división interna del Comité Científico Director -del que forman parte cuatro británicos y dos franceses- se consideraba muy probable hasta ayer y, de hecho, el Gobierno francés la había esgrimido como el principal argumento para no atenerse a su dictamen. La sorprendente unanimidad que mostraron finalmente los científicos, que deja a París sin argumentos, fue un fruto de difícil maduración, a juzgar por el comentario que Pascal hizo ayer al término de la reunión: "Hemos tenido que ir al fondo del problema en un debate intenso antes de ponernos de acuerdo unánimemente."