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NUEVA CRISIS EN EL CÁUCASO

El Ejército de Armenia denuncia un intento golpista y exige dimisiones en el Gobierno

El asesinato del primer ministro Vazguén Sarkisián ha desatado en Armenia una crisis política cuyas consecuencias, de momento, son difíciles de prever. Por lo pronto, ya se escucha ruido de sables en Yereván. El Ministerio de Defensa divulgó ayer una declaración en la que califica de intentona de golpe de Estado el ataque perpetrado el miércoles por Nairí Unanián y otros cuatro hombres armados, y pide las cabezas del ministro de Interior, del de Seguridad y del fiscal general. El titular de la cartera de Interior, Sourén Abramián, presentó anoche su renuncia ante el presidente de Armenia

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Mientras tanto, el presidente Robert Kocharián ha declarado, a partir de hoy, tres días de duelo nacional."Se ha cometido un crimen traicionero y premeditado. Era una conspiración dirigida contra el Estado armenio y el futuro de su pueblo. Aquellos que permitieron que se cometiera este crimen deben responder ante el pueblo", se dice en la dura declaración emitida por los militares armenios, que están profundamente irritados por el asesinato de Sarkisián, un ex ministro de Defensa que gozaba de gran popularidad en el seno de las Fuerzas Armadas.

Los uniformados se hacen una serie de preguntas: "¿Por qué no han sido descubiertos los culpables de los graves crímenes cometidos en la república últimamente?; ¿cómo esa gente armada pudo entrar tranquilamente en el Parlamento?; ¿por qué este crimen premeditado no fue descubierto con antelación?; ¿puede el pueblo confiar en que este acto terrorista será investigado objetivamente?".

Para los militares, la tragedia del miércoles sólo fue posible debido "a la ausencia de control sobre el sistema de seguridad" alrededor del edificio del Parlamento. Consideran que se ha producido un grave fallo de seguridad y alguien debe pagar por ello.

"La situación creada está preñada de consecuencias impredecibles; tanto la seguridad interna como exterior del Estado están en peligro", afirman los generales, advirtiendo de que "en estas circunstancias, el Ejército nacional no puede permanecer de brazos cruzados". Los militares consideran su deber proteger tanto "la independencia como la paz del pueblo armenio", por las que ha pagado "con la sangre y las vidas de muchos de sus hijos", como "el orden constitucional y la democracia". El documento finaliza pidiendo la dimisión del fiscal general y de los ministros de Seguridad e Interior.

Si los militares han calificado la toma del Parlamento por cinco extremistas como un intento de golpe de Estado, políticos de diferente signo son unánimes en considerar que no es así. Tras Unanián y sus compañeros, según diputados y representantes del Gobierno, no hay nadie.

"No hay motivos políticos detrás del ataque; se trata de esquizofrénicos que entraron en el Parlamento y cometieron un acto de barbarie", declaró Galust Saakián, uno de los diputados que permaneció como rehén y que tenía su traje manchado de sangre. La mayoría de sus colegas están de acuerdo.

Nairí Unanián, el jefe de los asaltantes del Parlamento, fue uno de los activistas del movimiento por la independencia del Alto Karabaj, el enclave armenio en territorio azerbaiyano que ganó una larga y sangrienta guerra para unirse nuevamente a Armenia. Ultranacionalista, Unanián militó un tiempo en el partido Dashnaktsutiún, pero después de ser expulsado de éste pareció alejarse de la política. Se mudó a Eupatoria, en Crimea, a casa de su madre -que vive en esa península ucrania desde 1993-, y allí permaneció, dedicado a enseñar el armenio, desde 1995 hasta hace dos años.

Especulaciones

El miércoles desde Azerbaiyán se especuló con que el asalto al Parlamento podía estar relacionado con el contencioso del Alto Karabaj, enclave que hasta 1921 pertenecía a Armenia. Pero aquel año, Lenin, el fundador del Estado soviético, firmó con Atatürk, padre de la Turquía moderna, un tratado por el cual el enclave pasó a formar parte de Azerbaiyán. Los azerbaiyanos son un pueblo muy cercano a los turcos; su idioma es similar y ambos son musulmanes.

Altos funcionarios azerbaiyanos comentaron que Unanián y su grupo -compuesto por su hermano menor, Karén; su tío Vram Galstián, el médico Edvard Grigorián, y el veterano de la guerra de Karabaj Derenik Bedzhanián- podían querer desestabilizar la situación en el país para impedir que Armenia y Azerbaiyán firmen un acuerdo para poner fin al problema del Alto Karabaj.

Ahora, desde Crimea, se repite esta tesis, apoyada por el hecho de que el actual primer ministro del enclave, Anushaván Danelián, también proviene de la península ucrania, donde fue vicepresidente del Parlamento local.

"Todo lo que hacemos es por ti y por el futuro de tus hijos"

Ayer se conocieron detalles de la tragedia vivida en la Cámara armenia. Cuando los cinco hombres armados entraron en el salón de plenos disparando tiros a diestro y siniestro, uno de ellos, aparentemente el experiodista Nairí Unanián, se plantó ante el primer ministro, Vazguén Sarkisián, y le espetó: "Basta ya de chuparnos la sangre". Y Sarkisián -hombre fogueado, ex ministro de Defensa y organizador de los destacamentos que comenzaron la lucha por la independencia del Alto Karabaj- no se amedrentó y respondió calmado: "Todo lo que hacemos es por ti y el futuro de tus hijos". Pero no hubo más diálogo. Unanián disparó fríamente y a quemarropa contra el primer ministro.Después estalló un tiroteo desordenado entre los cinco terroristas y los guardias del Parlamento, a consecuencia del cual se produjeron otras seis víctimas mortales y dejó a una decena de altos funcionarios y diputados heridos de diversa gravedad. Un octavo falleció de infarto. Tras esto, los asaltantes se hicieron fuertes en el edificio del Parlamento, donde mantenían 41 rehenes, entre los que figuraban prácticamente todos los ministros y varios diputados."Patriotas"La televisión estatal logró conversar telefónicamente con Unanián, quien dijo que habían querido matar sólo a Sarkisián y lamentó que hubiera habido más víctimas. Rechazó el calificativo de "terrorista" y afirmó que sus compañeros y él eran "patriotas" que pretendían dar un golpe de Estado para acabar con la "falta de democracia" y la desastrosa situación económica del país.Unanián exigía que se les permitiera divulgar un mensaje televisivo y pedía un helicóptero.

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