Los vertidos contaminantes en el Segura aumentan durante la noche

Durante el último año, coincidiendo con el incremento de la labor de inspección, los vertidos contaminantes al cauce del río Segura han aumentado durante las horas nocturnas, según revela un informe de la Confederación Hidrográfica que ayer dio a conocer la Comisión Pro-Río. El estudio confirmaría que las conserveras burlan las disposiciones con un simple cambio en los horarios de vertido de sus residuos industriales, mientras crece la sospecha de que las depuradoras no funcionan por la noche.

Los colectivos de defensa del Segura, agrupados en la Comisión Pro-Río, basaron ayer su denuncia pública en un informe realizado a finales de agosto por orden de la Confederación Hidrográfica, para controlar los vertidos contaminantes de las empresas conserveras que funcionan en las riberas del río. El estudio apunta que los parámetros de conductividad, turbidez e ion amoniaco en las aguas aumentan en horas nocturnas, lo que supone un empeoramiento de los niveles de contaminación.Pro-Río, con el informe en la mano, atribuye ese aumento a los vertidos directos de las industrias, "que aprovechan las horas nocturnas para verter lo inconfesable", y a deficiencias en el funcionamiento de las plantas depuradoras de aguas residuales de las localidades ribereñas, sobre las que recaen sospechas de no funcionar en la misma franja horaria "para ahorrar costes", según se lee en un comunicado.

El colectivo denuncia que las empresas conserveras incumplen la normativa en vigor sobre depuración de aguas, "porque el gobierno de Murcia no tiene voluntad política para acabar con unos vertidos", que a su entender favorecen el desarrollo de la Comunidad vecina "a costa de La Vega Baja", comarca de Alicante a la que llegan las aguas contaminadas.

En julio de 1998, el Ejecutivo murciano firmó un convenio con su industria que marcaba un plazo de nueve meses para adecuar sus plantas a la normativa medioambiental. Ha pasado más de un año y esa disposición no se ha cumplido, hasta el punto de que la Confederación reconoce que la contaminación del Segura se ha agravado. Los responsables de este organismo, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, han solicitado "medidas inmediatas" contra las empresas que contaminan.

Para Pro-Río, sin embargo, la propia Confederación sirve de coartada legal "a la continua agresión" que sufre el río, "porque no toma medidas contra esta tomadura de pelo, que se limita a certificar".

El colectivo exige que se instalen estaciones Saica (que miden los parámetros de calidad y contaminación de las aguas), en lugares estratégicos de la cuenca del Segura, para descubrir a las empresas contaminantes y saber "en qué condiciones medioambientales nos obligan a vivir y alertar sobre sus peligros".