Campesinos franceses bloquean dos horas camiones británicos en el Eurotúnel

Mientras un grupo de campesinos franceses bloqueaba durante dos horas, en Calais y Boulogne, camiones británicos que acababan de cruzar en tren el Eurotúnel del Canal de la Mancha y ponían en evidencia la dudosa calidad de pollos destinados al mercado ruso, Tony Blair y Lionel Jospin hablaban por teléfono para convenir que "una guerra comercial no interesa a ninguno de nuestros países". Pero el boicot británico contra los productos franceses ha irritado a la opinión pública gala y, sobre todo, a sus amenazantes sindicatos agrarios.

Mientras un grupo de campesinos franceses bloqueaba dos horas camiones británicos que acababan de cruzar en tren el túnel bajo la Mancha y ponían en evidencia la dudosa calidad de pollos para al mercado ruso, Tony Blair y Lionel Jospin hablaban por teléfono para convenir que "una guerra comercial no interesa a ninguno de nuestros países". Pero el boicoteo británico ha irritado a la opinión pública gala y sobre todo a sus sindicatos.Jean Glavany, ministro de Agricultura francés, considera que "no se dan las condiciones para mantener un diálogo sereno con Nick Brown", su homólogo británico. El próximo sábado Glavany debía encontrarse con Brown en Londres, pero éste lleva varios días declarando que él ya no bebe vino francés ni come otros productos alimentarios galos. "Hay que dejar que el análisis científico vaya hasta el final", ha dicho Glavany en referencia a los debates de los especialistas europeos del Comité Científico Director (CSD) que daran su dictamen el próximo viernes sobre si la carne de bovino británico es portadora aún de la enfermedad de las vacas locas.

Algunos rumores daban ayer a entender que Bruselas se inclinaría por considerar que si bien la Agencia Francesa para la Seguridad Sanitaria de los Alimentos (AFSSA) había aportado nuevos elementos sobre la evolución de la epidemia, estos no eran suficientes como para volver a imponer el embargo.

Lo cierto es que en Gran Bretaña los conservadores han avivado el fuego antieuropeísta y varios laboristas han caído en la trampa de la patriotería. Así, mientras William Hague, líder de los tories, estimaba "grotesco que nuestro gobierno diga que no hay peligro en comer carne de otros países pero que si lo hay en ingerir nuestros entrecôtes", el ministro de Finanzas, Gordon Brown, se anticipaba al dictamen de la Comisión Científica de la UE al afirmar que "el jueves pediremos a la comunidad una acción contra Francia por comportamiento ilegal". Por su parte Tony Blair practicaba la gesticulación diplomática y recibía en Downing Street a su embajador en París. "Hay que comprender la amplitud de la cólera popular" antifrancesa, decía el primer ministro.

Gran Bretaña es el cuarto mercado para las exportaciones agrícolas francesas, que suman un montante de 25.000 millones de francos (unos 625.000 millones de ptas.), casi el doble de lo que representa el mercado galo para los agricultores insulares.