Segunda interferencia, sin coartadas

Al anunciar que España no recurrirá una eventual decisión humanitaria del ministro británico, Matutes vuelve, esta vez de frente, a interferir en el procedimiento judicial en curso.La Fiscalía británica ya tiene una orden del juez Garzón para recurrir en todas las instancias a fin de conseguir la extradición de Pinochet. La instrucción de Garzón no se refería solamente a recurrir ante una eventual sentencia contraria del magistrado Ronald Bartle, el pasado viernes 8 de octubre. Ya el juez español envió instrucciones, en diciembre de 1998, y por vía diplomática, para que se presentaran los recursos necesarios a fin de conseguir el objetivo.

El viernes 1 de octubre, el juez reiteró esa instrucción. El martes 5, la Fiscalía británica, tras la visita de dos diplomáticos españoles (Miguel Aguirre de Cárcer y Carmen de la Peña), remitió una carta a Garzón y a la Embajada española en Londres en la que sostenía que existían instrucciones conflictivas de una parte del Estado español con otra y que esto era inaceptable. El jueves 7, Matutes anunció que había comunicado a Londres por vía diplomática el apoyo a las instrucciones del juez.

Fuentes judiciales dijeron ayer a EL PAÍS que las órdenes cursadas a la Fiscalía británica siguen vigente; a saber: presentar los recursos que estén contemplados en la ley para conseguir la extradición.

La ley británica permite recurrir una resolución del ministro del Interior mediante un recurso de revisión judicial ante el Alto Tribunal de Justicia.

La posición anunciada por Matutes ayer es un mensaje dirigido a apoyar al Gobierno de Chile ante el ministro Straw, a fin de que éste considere la cuestión humanitaria mientras el caso está todavía en fase judicial. Por tanto, Matutes volvió ayer a desautorizar al juez.

Aun cuando Straw decida actuar, pedirá alegaciones a las partes. Si esto ocurre, ¿cuál será la posición de Matutes? Por lo que anunció ayer, el ministro no se opondría al envio de Pinochet a Chile. En plata:estaría desistiendo de la extradición de Augusto Pinochet.