El Ejército chileno acepta investigar el destino de 1.200 desaparecidos

En un gesto inédito desde que comenzó la transición a la democracia en Chile, en marzo de 1990, las Fuerzas Armadas y los Carabineros (policía) aceptaron comenzar a investigar el destino que tuvieron los cerca de 1.200 detenidos desaparecidos que hubo en la dictadura militar comandada por el general Augusto Pinochet (1973-1990). Durante la reunión de ayer de la llamada mesa de diálogo (una iniciativa impulsada por el Gobierno y en la que están representados militares, abogados de derechos humanos y observadores), las partes acordaron iniciar un trabajo para determinar la suerte de estas personas, que será coordinado por el obispo católico Sergio Valech.La disposición de los representantes de las Fuerzas Armadas a examinar el tema de los desaparecidos fue interpretada como un reconocimiento tácito por parte de los militares de la existencia de un tema pendiente en materia de derechos humanos en Chile. Al finalizar la reunión, el obispo Valech dijo que ésta fue "franca y positiva". Se prevé que el trabajo comience clasificando los casos según el lugar en el que estuvo retenida la persona, o por la operación represiva en la que fue detenida.

Mientras se realizaba la reunión en el Ministerio de Defensa, en el exterior del edificio cerca de medio centenar de miembros de la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos -que al igual que la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos no reconoce la mesa de diálogo- protestaba contra este diálogo.

Los militares presentes en la reunión -entre ellos el general Juan Carlos Salgado, muy cercano al comandante en jefe del Ejército, general Ricardo Izurieta-, no formularon declaraciones a su término, pero sí lo hicieron los abogados de derechos humanos, quienes expresaron su esperanza de que la labor para localizar los restos cuente con el apoyo del Ejército.