Las centrales nucleares españolas podrán crear almacenes de residuos en superficie

El V Plan de Residuos Radiactivos que ayer desveló en detalle ante el Senado el secretario de Estado de Industria y Energía, Juan Manuel Serra, prevé que cada central nuclear almacene en contenedores a la intemperie el combustible radiactivo gastado, una vez que sus actuales piscinas hayan cubierto su capacidad de almacenamiento disponible. No se descarta la construcción de un almacenamiento temporal centralizado de estas mismas características en tanto se resuelve definitivamente la ubicación permanente de este tipo de residuos.

En el plan, aprobado por el Gobierno el 31 de julio, se decidió no avanzar en la localización de un almacenamiento geológico profundo por su elevado coste -medio billón de pesetas- y por el desarrollo de nuevas tecnologías como la separación y la transmutación de los elementos radiactivos en otros de vida más corta y menos dañinos para la salud y el medio ambiente.Mientras estas tecnologías avanzan en el mundo, el Gobierno aplaza para antes del año 2010 la toma de una decisión definitiva, pero ésta no se podrá posponer por más tiempo porque España tiene el compromiso de que en ese año debe recuperar los residuos de la planta de Vandellós I (Tarragona) que se enviaron a Francia cuando se cerró la central. Si España no lo hace, se verá obligada a pagar 2.000 millones anuales de penalización por incumplimiento de contrato.

Además, en la instalación de la empresa BNFL del Reino Unido están depositadas desde 1983 residuos enviados desde Garoña (Burgos) y Cabrera (Zorita, Guadalajara) con el compromiso de recuperarlos cuando España disponga de un lugar seguro.

Según las previsiones del plan, los españoles pagarán 1,63 billones de pesetas hasta el año 2070 por hacerse cargo de la gestión de los 15.000 metros cúbicos de residuos radiactivos producidos por las siete centrales nucleares, que están actualmente operativas, más los residuos de Vandellós I y los de otros procedentes de reactores experimentales. Esa cantidad se financia con la aportación de una cuota del 0,8% que cada usuario paga en la tarifa eléctrica. Los ayuntamientos, en cuyo término municipal haya instalada una central nuclear, percibirán durante este mismo periodo una compensación de 150.000 millones de pesetas.

El PSOE considera exagerada esas cantidades, ya que de los 40 años de vida operativa que tienen de vida estas centrales, durante los primeros 25 años queda amortizada su construcción. Consideradas una a una, las centrales de Garoña y José Cabrera disponen de espacios en sus piscinas para albergar todo el combustible hasta que expiren los 40 años de funcionamiento. La unidad Almaraz I en Cáceres tiene espacio hasta el año 2020; su gemela Almaraz II, hasta el año 2022; Ascó I y Ascó II (Tarragona), hasta los años 2013 y 2016, respectivamente; Confrentes (Valencia), hasta el 2014; Vandellós II, hasta el 2021, y Trillo (Guadalajara), hasta el 2003.

Coincidiendo con la aprobación de este plan en julio, Fomento autorizó la modificación de las normas urbanísticas de Trillo para permitir la instalación del primer almacenamiento en seco y al aire libre que se construya en España con tecnología propia, un sistema homologado internacionalmente y que ya se utiliza en EE UU y Alemania.

El viernes, la Junta de Castilla-La Mancha entregó un requerimiento ante Industria y Energía para que se acredite la licencia de este almacén.