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Más de 60.000 chechenos cruzan a Ingushetia para escapar de los bombardeos rusos

El torrente de gente que huye de las bombas rusas, al cumplirse ayer una semana de ataques aéreos contra Chechenia, continúa aumentando. Sólo en la vecina Ingushetia ya son más de 60.000 los refugiados. Precisamente hacia esa república, situada al oeste de Chechenia, es adonde se dirige la mayoría de los que desean abandonar su tierra antes de que los rusos lancen una operación terrestre. Algunos eligen rutas más difíciles y se dirigen hacia el este, a Daguestán, que ha cerrado la frontera, a Osetia del Norte o a Stávropol, en el noroeste, o incluso a Georgia, país con el que Chechenia limita al sur.

Una ciudad de tiendas de campaña está surgiendo con gran rapidez cerca del poblado ingush de Sleptsóvskaya, donde están llegando las primeras ayudas organizadas por el Ministerio de Situaciones de Emergencia ruso. Lo principal, por el momento, es alimentar a los miles de mujeres, niños y ancianos que se han concentrado al otro lado de la frontera con Chechenia. El citado ministerio, además de enviar productos de primera necesidad -como alimentos, mantas y medicinas-, ha donado un centenar de tiendas de campaña militares para alojar a los refugiados. En cada tienda viven entre 30 y 40 personas.Los ingushes por fin autorizaron ayer la entrada de los miles de automóviles que se habían acumulado en la frontera en los últimos días. Sólo pusieron una condición: que se dirigieran al lugar donde se instalarán los refugiados. Son varios los que han hecho caso omiso a estas recomendaciones y han optado por conducir sus coches atestados hasta Nazrán, la principal ciudad ingush, donde acampan en las estaciones de trenes o de autobuses.

A pesar de las declaraciones optimistas del ministro de Situaciones de Emergencia, Serguéi Shoigú, la ayuda que Moscú está prestando a Ingushetia no lograr frenar el primer impacto de esta huida masiva. Las autoridades ingushes temen además que una eventual operación terrestre del Ejército ruso contra toda o una parte de Chechenia provoque un auténtico éxodo de refugiados.

Aunque estas autoridades inguses niegan haber solicitado ayuda alguna al extranjero, esperan sin duda de que las organizaciones internacionales, especialmente la ONU a través de su Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), comiencen a enviar también alimentos y otro tipo de asistencia para paliar la grave situación creada. Ingushetia teme que el flujo de refugiados no disminuya en los próximos meses y que tenga que afrontar una auténtica catástrofe humanitaria justo cuando se aproximan los meses más crudos del invierno caucásico, con temperaturas inferiores a cero grados y grandes nevadas.

Desde Ginebra, Paul Stromber, portavoz de ACNUR, dijo que piensan enviar a la zona principalmente al personal local con base en Stávropol, ciudad rusa capital de la provincia homónima limítrofe con Chechenia.

El Alto Comisionado abandonó la zona después de que un francés fuera secuestrado hace año y medio (fue liberado después de casi 12 meses de cautividad). Mientras tanto, representantes de ACNUR en Moscú están negociando con las autoridades rusas la posible ayuda a Ingushetia. "Quisiéramos saber cuánta gente hay allí y qué es lo que necesitan, para así poder determinar el volumen de ayuda que debemos enviar", dijo Vera Sóboleva, portavoz de la oficina de ACNUR en Moscú.

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[Por otra parte, la Comisión Europea está dispuesta a facilitar ayuda humanitaria a Chechenia si se dan condiciones de seguridad para los miembros de las organizaciones encargadas de hacerla llegar allí, señaló ayer un portavoz del Ejecutivo comunitario. "Estamos dispuestos a cooperar", señaló, y dijo que la Comisión Europea "está viendo cómo hacerlo" y recordó el asesinato en 1996 de varios trabajadores de organizaciones humanitarias en Chechenia, informa Efe.]

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