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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Soldado y homosexual

LOS HOMOSEXUALES podrán servir en el Ejército británico. No han sido los políticos británicos, ni unos mandos militares sumamente reaccionarios en este terreno, sino el Tribunal Europeo de Derechos Humanos el que ha abierto esta puerta al condenar al Ministerio de Defensa por expulsar cinco años atrás a cuatro homosexuales -tres hombres y una mujer- de las Fuerzas Armadas. La sentencia es doblemente condenatoria, no sólo por la discriminación contra los homosexuales en el Ejército, sino también por la manera en que se siguieron las investigaciones y los interrogatorios de los demandantes, incluso después de que éstos reconocieran su homosexualidad.El Ministerio de Defensa arguyó los supuestos efectos de la presencia de homosexuales en la moral, en la capacidad de combate y en la eficacia de la tropa, y en un sondeo que demostraba los prejuicios contra los homosexuales en las Fuerzas Armadas. La prohibición de que los homosexuales ingresaran en las Fuerzas Armadas británicas data de 1994, y poco después, el ministro de Defensa fue advertido de que tal prohibición era contraria al Convenio Europeo sobre Derechos Humanos. El ministro que desatendió la advertencia era Michael Portillo, el político conservador que al querer ahora volver al ruedo político ha tenido que admitir que mantuvo relaciones homosexuales en su juventud.

A0lgunos miembros del Partido Conservador han pedido al Gobierno que ignore el fallo del Tribunal europeo. Afortunadamente, el actual titular de Defensa, George Robertson, designado para suceder a Solana al frente de la OTAN, afirma que su departamento acata la sentencia, cambiará la ley de Defensa cuando se revise en el 2001, y entretanto suspende otros procesos en curso contra varias decenas de homosexuales en las Fuerzas Armadas.

Es de esperar que la sentencia influya en otros países donde la homosexualidad sigue prohibida para los miembros de las Fuerzas Armadas, especialmente en EE UU, donde en este terreno Clinton perdió su primera batalla frente al Pentágono. Estados Unidos ha reforzado en las últimas semanas las medidas contra los homosexuales en el Ejército, pese a la política del no lo preguntes, no lo digas, más propia de Tartufo que de unos ejércitos modernos e integrados en sus sociedades a las puertas del siglo XXI.

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