Despiérteme en el sexto, por favor
Cuando en los toros no se escucha a nadie decir "olé", o bien "ay", o en su caso "huy", mal asunto. Hay que recurrir a soluciones heroicas porque el panorama difícilmente se puede aguantar a palo seco. La siesta es lo que se impone, naturalmente, pero no todo el mundo vive cerca de la plaza y es un engorro andar molestando a los vecinos de localidad para irse. Pero hay siestas mentales, como las liebres, ojo cerrado y ojo abierto. De las siestas mentales conozco unas pocas. La corrida de ayer, gracias a los mulos de la divisa debutante, fue una tarde idónea para su práctica. Y a ella me abandoné, lo confieso sin rubor, para que vean. Ya era demasiado para el cuerpo esa cuadrilla de borricos que salían por los chiqueros sin que nada alentase la más mínima esperanza de enmienda. Un acomodador que me conoce me dirigió una mirada: "¿Le despierto en el sexto?". Y asentí. Los de alrededor ni se enteraron porque seguí escribiendo. Es cosa de práctica, ya digo. Como en estos casos se junta el hambre con las ganas de comer, los toreros no estuvieron sublimes. El Cordobés estuvo vulgar y cumplidor, a enganchones y zapatillazos, montando en el cuarto el numerito de pundonor teatral de hacer como que iba a por la espada y volver hacia el toro como empujado por una súbita decisión de descubrir el Mediterráneo. Un detalle emotivo de su labor fue el sucedido en el primero: hincó una rodilla en tierra el espada y fue el toro y se arrodilló a la vez y a su lado. No se ovacionó. Creo que falta sensibilidad.Rivera, que se piró a cada lance que dio, fue sorprendido varias veces por su primero, metió pico a mansalva y lució con soltura en el arte del bajonazo discreto. "El rincón de su abuelo", dijeron algunos, pero el dichoso rincón aquél, comparado con esto, eran estocadas en los rubios.
Criado / Cordobés, Rivera, Tomás
Toros de Juan Manuel Criado, mansos y flojos. El Cordobés: media desprendida y descabello (pitos); media y dos descabellos (aplausos y saludos). Rivera Ordóñez: bajonazo (algunos pitos); bajonazo y dos descabellos (pitos). José Tomás: pinchazo y estocada corta tendida (silencio); pinchazo, media -aviso- y dos descabellos (aplausos y saludos). Plaza de La Glorieta, 16 de septiembre. 5ª corrida de feria. Lleno.
Tampoco José Tomás, aunque en éste hubo momentos de evidente compostura. Predominaron las constantes búsquedas de la distancia adecuada y menudearon los enganchones. Y es que, como suele decirse, cuando a la vaca le da por dar leche, hasta por los cuernos.
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