Condenado un catedrático por falsificar notas de selectividad
El Tribunal Constitucional ha ratificado la condena de seis meses y un día de prisión, el mismo periodo de inhabilitación para cargo público y 51.000 pesetas de multa, impuesta el año pasado por el Tribunal Supremo, a José Manuel Aroca Hernández-Ros, catedrático de Álgebra y Geometría de la Universidad de Valladolid, por un delito de falsificación de notas en las pruebas de selectividad de septiembre de 1995. Según el veredicto, Aroca elevó las notas de los hijos de los catedráticos de la Universidad de Valladolid Gayoso y Barbolla; éste último era entonces el vicerrector de Profesorado y máximo responsable de las pruebas de selectividad bajo el rectorado de Francisco Javier Álvarez Guisasola, actual coordinador de Enseñanza del Gobierno de Castilla y León.Esta sentencia del alto tribunal da la razón a la organización Alternativa Universitaria, que ejerció la acusación particular durante el proceso. Según su portavoz, Oscar Rubio, "la asociación se ha encontrado en la más absoluta soledad, sin conseguir el apoyo de ningún otro grupo de la Universidad de Valladolid y recibiendo numerosas críticas y oposiciones a su proceder, tanto desde el gobierno universitario, como desde otros colectivos de alumnos por denunciar la actuación de Aroca".
Ningún esfuerzo
Ahora se demuestra, dijo Rubio, "que realmente se cometió un delito, y que se cometió en la más absoluta impunidad, ya que desde la Universidad, bajo el rectorado de Guisasola, no se hizo nunca ningún verdadero esfuerzo por aclarar la irregularidad cometida, pese a que desde el propio Claustro se expresaron las sospechas de irregularidades ya en noviembre de 1995".Tras la primera sentencia de la Audiencia Provincial de Valladolid en marzo de 1997 y en la que no se condenaba a Aroca por entender que la alteración de las calificaciones se había producido por un fallo informático debido a un virus, Alternativa Universitaria recurrió al Tribunal Supremo que terminó dando la razón a los recurrentes y poniendo en evidencia que José Manuel Aroca, que presidió el tribunal número 2 de las pruebas de acceso a la universidad de 1995, "alteró dos notas para favorecer los intereses particulares de dos alumnos, hijos de compañeros del profesor". A pesar de ello, el Supremo absolvió al profesor Aroca del delito de prevaricación, al acceder este a rectificar las notas de los alumnos y reconocer el error de que la calificación de Barbolla en Química no era un 7,4 sino un 4,4 y que la calificación de Gayoso no era de 7,75 sino de 3,75.
Según Alternativa Universitaria, la sospecha de irregularidades constantes ha sido algo habitual en la Universidad de Valladolid. Los estudiantes esperan ahora que esta sentencia "haga tomar constancia de que las notas de todo examen son documentos públicos, y por tanto no pueden ser alteradas ni otorgadas de manera injusta".
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