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COMUNICACIÓN

Jóvenes cibermillonarios

Los ordenadores e Internet generan las mayores fortunas entre menores de 40 años

Michael Jordan, el mejor y más rico jugador de baloncesto de todos los tiempos, es un pobre de solemnidad al lado de sus compañeros de generación que optaron por dedicarse a la informática y a Internet. No se le den más vueltas al asunto, los datos, publicados en su edición de este mes por la revista Fortune, son aplastantes: las 10 personas más ricas de Estados Unidos de menos de 40 años de edad son todos, absolutamente todos, pioneros de la gran revolución tecnológica de este fin de milenio. Ya Bill Gates, el creador de Microsoft y, a sus 44 años, la persona más rica del planeta, había anticipado el fenómeno. Pero sus hermanos menores lo han consagrado y acelerado, han amasado inmensas fortunas en apenas los cuatro o cinco últimos años. Michael Dell, presidente de la empresa de ensamblaje de ordenadores que lleva su nombre, ocupa el primer lugar en la lista de Los 40 americanos más ricos de menos de 40 años de Fortune.

La revista, que publica por primera vez esta clasificación, otorga a Dell, de 34 años, una fortuna personal de 21.490 millones de dólares (más de 3,33 billones de pesetas). A partir de ahí, todas las demás primeras posiciones confirman la extraordinaria simbiosis entre juventud, tecnología, audacia y riqueza que caracteriza el actual período de expansión económica de EEUU. Con 5.740 millones de dólares, Jezz Bezos, de 35 años, fundador de la librería virtual Amazon, es la segunda fortuna juvenil norteamericana.

A Dell y Bezos le siguen, por este orden, Ted Waitt, el padre de la empresa de ordenadores Gateway; Pierre Omydar, el creador de eBay, la casa de subastas en Internet; David Filo y Jerry Yang, que tuvieron la genial idea de alumbrar Yahoo!, el portal y buscador de Internet; Henry Nicholas, de Broadcom; Rob Glaser, de Real Networks, y Scott Blum, de Buy.com.

La clasificación de Fortune prosigue desgranando nombres de cibermillonarios. Personas de treinta y tantos años que, a mediados de esta década, tuvieron una visión luminosa: las noticias, el diálogo, las compras, la especulación bursátil, la publicidad, los viajes y las aventuras, el sexo, la asistencia médica y sanitaria, el amor, el juego, la radio y la televisión, todo o casi todo, pasará en el siglo XXI por ordenadores conectados a la red.

Hay que esperar al número 28 de la lista para encontrarse a alguien que no está en este negocio: el cantante de rap Master P, de 29 años. Le sigue, en el puesto 29, Michael Jordan, que a sus 36 años, se ha retirado de los Chicago Bull. Pero las fortunas de Master P y Jordan, 361 millones de dólares y 357 millones, palidecen ante los miles de millones de los pioneros del ciberespacio.

Si el deporte, la música, el cine o la televisión ya no son en EE UU los caminos para convertirse en el más rico entre los ricos, tampoco lo son los del petróleo, el automóvil, la banca o las firmas de Wall Street. Los negocios y las finanzas clásicas colocan apenas media docena de nombres, y en posiciones retrasadas, en la lista de Fortune de los 40 menores de 40 años más ricos de EEUU. Y malas noticias para el mundo de la enseñanza: una carrera universitaria brillante es menos que nunca una garantía de éxito económico. Once de los 40 nuevos multimillonarios norteamericanos fracasaron por completo en sus estudios, y tan sólo dos se licenciaron en universidades de élite, como Stanford o las de la Yvy League.

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