Historias clínicas

Me produce una especial satisfacción leer su editorial del día 6 de septiembre, en el que, con el título Historias clínicas, se plantean razonables dudas sobre lo acertado de la privatización de la "organización, depuración, unificación y gestión del archivo" en los hospitales públicos (como se recoge en el contrato suscrito por el hospital Clínico y la empresa gallega Mudanzas Severiano, SL en junio de 1997). Además de la gravedad que encierra esa cesión de datos personales a una empresa privada (será la Agencia de Protección de Datos e, incluso, el Tribunal Constitucional, si entiende que puede afectar a las garantías constitucionales recogidas y amparadas por el artículo 18.4 de la Constitución Española, los que decidan acerca del sometimiento a la legalidad de dichos contratos de adjudicación), de lo que aquí se trata es, ni más ni menos, de si es razonable la privatización paulatina de servicios públicos permitiendo, como muy bien apunta su editorial, el deterioro en la calidad de los mismos.

En el hospital Clínico los pasos hacia la privatización se han venido dando de forma continuada y sucesiva: desde la privatización del archivo de historias clínicas (incluido el archivo de expedientes profesionales del personal) a la privatización del servicio de Inventario o Electromedicina, entre otros. En todo caso, se puede afirmar con rotundidad que existe personal suficiente para desempeñar las labores que se han puesto en manos privadas. Imaginemos, sin grandes dificultades, lo que se puede hacer con los 67.271.729 millones anuales que cuesta el contrato suscrito con la empresa gallega. Entiendo que se puede dotar de la formación y las herramientas necesarias al personal vinculado a la Administración mediante relación estatutaria, a un menor precio y con igual o mayor nivel de calidad. Defender la profesionalidad del personal es una obligación de sindicatos, gestores y del propio trabajador.

En el caso del Clínico, además, resulta esperpéntico (ver sección Madrid del sábado 28 de agosto bajo el título El Clínico dio marcha atrás) leer las declaraciones del director de Enfermería en las que asegura: "[La empresa privada] se encarga exclusivamente de las tareas de almacenamiento de fichas antiguas..., pero sin tratarlas ni revisarlas".

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Merecería la pena, por último, conocer quiénes son, y de dónde proceden, los adjudicatarios de estas privatizaciones y si el coste de las mismas, que repercute en el bolsillo de los contribuyentes, podría destinarse a dar un servicio público de calidad.- .