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"El mundo necesita más poetas"

ENVIADA ESPECIALMeryl Streep posee la extraordinaria virtud de no decepcionar. Ni a sus admiradores ni a sus detractores, seguramente menos numerosos. En directo, sentada ante la grabadora, es exactamente igual de sensata, dulce y políticamente correcta que en casi todas sus películas. Pero rezuma un no sé qué de diva de Hollywood que hace a la gente volverse a su paso. Ganadora de dos oscars en su fulgurante carrera y veterana ya de este festival, que visitó también el año pasado, Streep se presenta en la Mostra con la película de Wes Craven Music of the Heart (Música del corazón), basada en una historia real que rezuma música y corazón, como su título indica con acierto.

Pese a su dilatada carrera y a su madurez -ha cumplido en junio los 50 años-, Streep no parece del todo contenta con la prensa, ni tampoco con los nuevos tiempos que corren en la industria cinematográfica, donde la vacuidad hace progresos: "Me pregunto cómo hay gente que puede hacerlo todo, programar ordenadores, hacer películas, sin tener nada dentro. El mundo necesita más poetas", dice.

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Vestida con un traje de chaqueta y pantalón color arena, talla grande, el pelo largo de un rubio pálido peinado cuidadosamente, la piel admirable y fresca casi sin arrugas, la sonrisa perfecta de todas sus películas, Meryl Streep no se apea de su personaje en ningún momento.

En Music of the heart la actriz es Roberta Guaspari, un personaje real que ha obtenido cierta celebridad en América. Guaspari era una violinista que abandonó la carrera al casarse. Años después, cuando el marido la deja plantada con dos hijos, consigue rehacer su vida y retomar su carrera musical dedicándose a enseñar violín a los niños desheredados del East Harlem, en Nueva York. Gracias a sus clases, centenares de niños encontraron la liberación particular que proporciona la música, una vía de huida del ambiente hostil donde vivían. Como muchos de los filmes donde actúa Meryl Streep, éste es a su modo un filme comprometido, no con una ideología particular, sino con el espíritu constructivo al que está abonado la actriz, lleno de confianza en las fuerzas del ser humano. Sin embargo, el rodaje de Music of the heart no debió ser fácil: Streep tuvo que aprender a sostener el violín de forma convincente. "Craven fue muy franco y positivo desde el principio. Me dijo: "No nos conocemos, pero para esta película tenemos que formar un matrimonio perfecto: es una historia especial, que trata de un nuevo modo de enseñar, y es necesario explorarlo a fondo".

La edad de Roberta Guaspari cuando comenzó su experiencia musical en el East Harlem, y la propia musicalidad del filme, hacen comprensible que los productores ofrecieran el papel primero a Madonna. Meryl Streep reconoce que fue así con total honestidad, aunque por sus ojos un poco cansados cruza fugazmente una expresión de orgullo herido. "Sí, es cierto, estaba todo preparado ya, el equipo de rodaje seleccionado... Pero abandonó, y una de las razones por las que yo rechacé al principio el papel es porque me daban sólo un mes para aprender violín, que es tan difícil. Conseguí dos semanas más de tiempo y todo resultó bien".

Al fin y al cabo, Meryl y su familia son absolutos melómanos, según ella. "La música es la expresión humana más pura. Es una especie de conexión que tenemos con lo más misterioso de nuestro ser. Yo creo en los espíritus, y la música parece estar conectada con ese mundo esotérico. La música refleja la belleza, la verdad. Música y arte son para mí las cosas más importantes del mundo, lástima que no estén valoradas lo suficiente. A veces me pregunto cómo hay tanta gente buena en temas de informática, que puede programar ordenadores, hacer películas, hacer de todo, pero luego no tiene nada dentro, nada que decir. Creo que necesitamos más poetas en el mundo".

Streep, nacida en Summit (New Jersey) en junio de 1949, felizmente casada y madre de cuatro hijos, el mayor de 19 años, tuvo de muy joven un primer contacto con el mundo musical; empezó estudiando canto. "Hice también un año y medio de solfeo, pero soy incapaz de tocar el piano", reconoce. Casi es de agradecer que la perfección de su vida no sea total. Intérprete de decenas de títulos famosos, desde su primer papel relevante en Kramer contra Kramer hasta el gran éxito Memorias de África, pasando por apariciones en filmes de Woody Allen o Clint Eastwood, Streep consigue ser creíble aun en papeles de mujer joven. Al principio de Music of the heart da vida a una mujer 20 años más joven que ella con razonable exito. "He interpretado mujeres más jóvenes de mi edad desde el principio de mi carrera. No tiene demasiada importancia, la edad es una cuestión de salud interior. Hay gente que tiene 40 años y aparenta 50, y viceversa. En la propia película, al principio, Roberta es joven, pero no lo parece tanto porque está moralmente destrozada. Al final, cuando es mayor, parece más joven porque es más feliz, porque se siente más realizada".

Streep cree que lo esencial en un director sigue siendo la seguridad en sí mismo, la preparación y la comprensión, y añade rotunda: "No me gustan los directores negativos". En cuanto a los papeles, "nunca, ni siquiera cuando era muy joven, he tenido preferencias. A la hora de elegirlos lo que busco es que tengan algo nuevo que contar, que me den la oportunidad de comunicar lo que he aprendido en mi vida, la batalla por mantenerme sana y auténtica, las cosas que un ser humano aprende en la vida".

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