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Dos coches bomba en Israel ensombrecen el nuevo acuerdo de paz

Un día después de que el primer ministro israelí, Ehud Barak, y el presidente palestino, Yasir Arafat, firmaran el nuevo acuerdo de Sharm el Sheij (Egipto), que desbloquea el proceso de paz, dos explosiones se cobraban en Israel tres vidas, y ensombrecían el optimismo generado. Las explosiones fueron atentados fallidos con coches bomba, y las víctimas, según los servicios secretos israelíes, fueron tres terroristas que no pudieron huir a tiempo.

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Barak manifestó que se había evitado "una tragedia de grandes proporciones", a la vez que aseguró que quienes se proponían perpetrar tal acción habían muerto en el intento. Por su parte, los servicios secretos israelíes hicieron públicas sus sospechas de que los presuntos terroristas fueran miembros de Hamás o de la Yihad Islámica. La primera explosión se produjo en el interior de un coche que se hallaba en una calle próxima al centro de la ciudad de Tiberiades, en el norte de Israel, matando a sus dos ocupantes e hiriendo a dos personas que pasaban por el lugar, una de las cuales se encontraba a última hora de ayer en estado crítico. Poco después se producía la segunda explosión. Un coche aparcado en el centro de la ciudad israelí de Haifa, también en el norte del país, explosionaba y causaba la muerte a su único ocupante.

El ministro israelí de Asuntos Exteriores, David Levy, afirmó que su país "considera inaceptable y grave lo sucedido" y dijo que la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que preside Arafat, "tiene que tener claro que ningún acto terrorista o violento puede coexistir con el proceso de paz".

Arafat convocó ayer una reunión de emergencia de la Comisión para Asuntos de Seguridad palestina para analizar la situación tras los atentados. El ministro de Justicia israelí, Yossi Beilin, y su homólogo palestino, Freih Abu Mediene, tienen previsto reunirse hoy en el puesto fronterizo de Erez, en Gaza.

Minutos antes de las explosiones, el Gobierno israelí aprobaba oficialmente el acuerdo que firmaron la noche del sábado Barak y Arafat en la localidad egipcia de Sharm el Sheij. Para las fuerzas progresistas, este nuevo acuerdo constituye un importante hito en el camino hacia la paz definitiva, mientras que para la oposición a ambos líderes supone una "claudicación". El acuerdo fue aprobado por amplia mayoría, con el voto a favor de 21 de los 23 ministros del Gobierno de Barak.

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El acuerdo constituye una revisión del Memorando de Wye de octubre de 1998, y ambos prevén la retirada israelí de otro 13% de Cisjordania para que en sus zonas rurales entre en vigor la autonomía palestina, que cuando finalice su aplicación -en febrero del año 2000- regirá en el 41% de ese territorio y en los dos tercios de la franja de Gaza.

Barak dijo en la reunión de Gobierno en la que se refrendó el acuerdo de Sharm el Sheij, que "su principal logro es el aplazamiento de la retirada en tres meses [según el de Wye debía concluir en noviembre de este año], durante los cuales se celebrarán negociaciones intensivas sobre el estatuto permanente", que habrá de desembocar en un tratado definitivo de paz en el plazo de un año.

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