Evacuados de Dili cuatro periodistas y tres observadores españoles

Cuatro periodistas y tres observadores españoles fueron evacuados ayer de Dili con destino a Yakarta, en una operación organizada por diversos medios de comunicación internacionales. En la capital de Timor Oriental permanece un grupo de carmelitas y salesianas que están ayudando a miles de refugiados en sus misiones. El enviado de la agencia Efe Miguel Rovira; la corresponsal de TVE en Hong Kong, Rosa María Calaf; el reportero de Cambio 16 y colaborador de La Vanguardia Gonzalo Aragonés; el fotógrafo de la agencia Cover Juan Manuel Cuéllar, y los observadores españoles de la Plataforma de Juristas Internacionales Francisco José Alonso Rodríguez, Felipe Briones y Jaume Saura, abandonaron ayer Dili y se encuentran bien en Yakarta.

Todos ellos pasaron la noche anterior en el hotel Mahkota de Dili bajo mínimas medidas de seguridad, y salieron a primera hora de la mañana hacia el aeropuerto junto con la mayoría de los periodistas y observadores internacionales. El hotel, donde se alojaban enviados especiales y funcionarios de la ONU, fue atacado el sábado por grupos de las milicias proindonesias con la complicidad del Ejército. Después de la salida de los evacuados, las milicias asaltaron el hotel, que, según la resistencia, se encuentra arrasado.

Por otro lado, un grupo de monjas salesianas y carmelitas españolas atienden a centenares de timorenses que se ha refugiado en las misiones de la ciudad. La situación de los refugiados es dramática y las misioneras no disponen de medios para atenderlos. En Madrid, la superiora de las carmelitas, María del Carmen Aparicio, confirmó que cinco españolas de esta orden se encuentran en Timor (una en Dili y otras en otros puntos de la isla). Forman parte del grupo de 70 carmelitas que trabajan en la zona. "No quieren salir de Timor y nos cuentan que se está provocando una guerra fratricida".

Algunas de las religiosas españolas, con edades comprendidas entre los 45 y los 65 años, ya vivieron la ocupación indonesia en 1975. "Pero esta vez dicen que es mucho peor", sentenció la superiora carmelita.