El alcalde y los marroquíes
Los líderes de los dos mayores partidos españoles confiaban en que la reciente investigación judicial de las finanzas de Marbella detuvieran las ambiciones políticas de Jesús Gil. Se equivocaron. Tras una breve estancia en la cárcel, Gil salió a tiempo para tener una actuación bastante notable en las municipales de Ceuta y Melilla. (...) No sólo fue reelegido alcalde de Marbella; el GIL consiguió más votos que ningún otro partido en ambos enclaves.
La victoria de Gil preocupa por varias razones. En primer lugar, porque muestra lo poco que los lugareños confían en la línea imperante en tierra continental. En segundo lugar, porque da la impresión, prontamente apreciada en Marruecos, de que España pueda estar aflojando la mano en estos enclaves. En tercer lugar, porque el GIL podría robar votos, especialmente al PP, en las generales del año que viene.
El valor de Ceuta y Melilla para España es mínimo. (...) Pero habría un escándalo en Madrid si simplemente fueran entregadas a Marruecos. (...)
Con una velada referencia a Gil, el primer ministro marroquí ha declarado que "el espectáculo público creado por ciertos políticos en Ceuta y Melilla es la prueba de que no se puede permitir que la situación actual continúe". "Es la hora", prosigue, "de nuevas negociaciones sobre la soberanía de estos territorios".
Aznar ha rechazado firme y prontamente tales insinuaciones. (...) Con un nuevo y joven monarca, a Marruecos le resultará difícil resistirse a reclamar más enérgicamente estos territorios.
, 4 de septiembre
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