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Roman Polanski comenta que el diablo sólo le interesa como argumento de cine

El realizador presenta en el Kursaal de San Sebastián su último filme 'a novena puerta'

Desde La muerte y la doncella, en 1995, el director Roman Polanski no dirigía una película, ausencia que justifica con la dedicación que le exigen sus proyectos teatrales y porque no siempre le interesan los guiones que llegan a sus manos. Algo que consiguió La novena puerta, adaptación de Enrique Urbizu a partir de la novela El club Dumas, de Arturo Pérez Reverte. Su trama argumental se centra en el demonio, tema del que el cineasta presume no entender mucho: "El diablo sólo me interesa como ficción cinematográfica. Yo soy muy materialista".

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Entre los amplios espacios del Kursaal, próxima sede del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, se perdía la pequeña figura del cineasta Roman Polanski, seguido por un séquito que lo impedía. Su mujer, la actriz francesa Emmanuelle Seigner -coprotagonista de La novena puerta junto a Johnny Depp- los productores Iñaki Núñez y Antonio Cardenal, el guionista Enrique Urbizu y el escritor Arturo Pérez-Reverte aparecieron ayer, en la presentación oficial de la película, ironizando sobre los temas demoniacos. "El principal atractivo de este filme es que el protagonista es un libro y eso me hizo interesarme por el relato y su adaptación cinematográfica", reconoció sonriente el cineasta, satisfecho con el filme.El actor estadounidense Johnny Depp, ausente en la rueda de prensa, encarna en la película a un excéntrico bibliófilo que busca unos raros ejemplares de un libro de fábulas demoniacas. El director definió a Depp como el actor con más talento de la última hornada de estrellas del cine norteamericano: "Su físico además encajaba perfectamente con la atmósfera de La novena puerta". Una atmósfera que se ha buscado en Nueva York, Sintra y Toledo, escenarios de esta coproducción hispano-francesa que se ha financiado con 40 millones de dólares (6.000 millones de pesetas). Guionistas, productores y director coincidieron en que el filme tiene una factura "muy europea". Las referencias que buscaron los productores estaban en títulos como El nombre de la rosa o Seven: investigaciones con asesinatos y suspense, con un humor muy solapado.

La relajación que exhibía Polanski, con vaqueros y deportivas, sólo se veía amenazada cuando se le preguntaba por su interés por el diablo, la muerte y los asesinatos, argumentos recurrentes en su filmografía (Repulsión, La semilla del diablo, La muerte y la doncella): "No entiendo mucho sobre el demonio ni me gusta divagar sobre temas divinos. Yo soy más materialista que todo eso". Ridiculizó el infierno de la Iglesia que para él tiene una representación estética muy opuesta: "Si el demonio es listo se representará en la belleza, no con cuernos, ni con llamas". Fue el momento en el que contestó al Papa en su afirmación de que el diablo ha sido vencido: "El Papa debería jubilarse".

En La novena puerta el diablo aparece encarnado en la belleza de la mujer del realizador, Emmanuelle Seigner. "Me limité a estar muy callada y a no hacer preguntas. Es un perfeccionista", señaló Seigner en referencia a su aportación al papel. La actriz reconoce en Polanski a un cineasta con un tempo inalterable en el que se abstrae y se aisla para rodar. Fue una de las razones por las que las 11 semanas de rodaje, previstas en principio, se convirtieron en 17.

A Arturo Pérez-Reverte le ha gustado esa relectura de la novela que otorga a la chica un poder demoniaco. "Lo más importante del filme es que en él veo reflejada mi literatura y eso es muy difícil", comentó Pérez-Reverte al evaluar las adaptaciones cinematográficas que se han hecho de sus relatos que, con La novena puerta, son ya cinco: "Me interesa mucho el valor que se da a los personajes en esta trama". También reconoció el poco entusiasmo que le inspiró en principio Depp para el papel del Lucas Corso de su novela con "su pinta de rapero". "Cuando le ví en pantalla, pensé que parecía un personaje salido de mi pluma". Las alabanzas a Depp subrayaban su ausencia. El actor arguyó su reciente paternidad como razón que le ha impedido asistir a los estrenos de París y España. "La novena puerta era la película perfecta para la inauguración del Kursaal como futura sede del Festival, mejor que competir en él", comentó el productor Iñaki Núñez.

Roman Polanski no habló de próximos proyectos cinematográficos ni de su vetada entrada en Estados Unidos por acusación de abuso de una menor. Dice que el teatro y la música le impiden dirigir con continuidad: "Cuando no ruedo, no me duermo en los laureles".

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