Josefina Aldecoa considera los 90 como "la década de la memoria"

La necesidad de recordar episodios de la propia vida que las circunstancias políticas acallaron empujó a toda una generación de literatos a escribir memorias o novelas en las que recuperaban parte de esa vida robada. Josefina R. Aldecoa charló ayer en Santander con sus lectores sobre esta experiencia, que ella vivió con la trilogía que componen Historia de una maestra, Mujeres de negro y La fuerza del destino, y justificó el éxito en ventas de estas novelas porque aparecieron en el momento en el que el pacto de silencio impuesto desde la transición tocaba ya a su fin."Cuando escribí la primera, en 1990, tenía muy claro que no iba a interesar, porque parecía que a nadie le apetecía oír hablar de la República y la guerra civil. Pero fue un éxito, porque era el momento adecuado, era lo que la gente quería escuchar".

"La década de los noventa es la de la recuperación de la memoria; los escritores de mi generación sentimos la necesidad de recuperar esa memoria". La generación literaria de los 50, que en su momento ejerció como cartel de muestra de las consecuencias de la guerra y del franquismo, abandonó su trayectoria de retrato social con la llegada de la transición, y más todavía con la democracia.

"Los realistas ya no sentían la obligación ética de contar lo que estaba pasando. La democracia recuperó los foros naturales de expresión de los ciudadanos", explicaba la escritora. No sentían obligación de dar testimonio.

Pero la tensión en la vida pública en los últimos años de Gobiernos socialistas empezó a reflejar que el hermoso retrato de la transición -"aquello de aquí no ha pasado nada"- no estaba tan limpio. "Este ambiente produjo en quienes habíamos vivido otras etapas la necesidad de escribir de la memoria. El silencio que se pactó, de un modo tácito o expreso, lo cierto es que no funcionó".