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Científicos británicos relacionan la leucemia infantil con los virus

Identificar el agente concreto permitiría obtener una vacuna

Isabel Ferrer

Un programa informático capaz de predecir la incidencia de la leucemia infantil en zonas rurales que han recibido mucho flujo de población del exterior ha sido presentado por científicos británicos como la prueba de que esta enfermedad es debida, sobre todo, a un virus. El trabajo, publicado ayer en el British Journal of Cancer, subraya que descubrir el agente infeccioso allanará el camino para obtener una vacuna.

Los investigadores, que no descartan la importancia de otros factores como la contaminación nuclear o la atmosférica, subrayan que dicho cáncer no es contagioso, pese a su carácter vírico. Su trabajo demuestra que haber padecido una o varias infecciones puede ser un "factor esencial" para desarrollar la enfermedad de forma precoz.El estudio, realizado por la universidad de Newcastle, corrobora la teoría elaborada en 1989 por el epidemiólogo de Oxford Leo Kinlen. Él fue el primero en asegurar que los brotes leucémicos observados alrededor de la central nuclear de Seascale (Cumbria), en el noroeste del Reino Unido, se debían a la mezcla de población autóctona y foránea favorecida por la llegada de trabajadores contratados en todo el país. Esta convivencia de grupos heterogéneos hizo que los sistemas inmunitarios de los niños se vieran expuestos a nuevas infecciones, lo que acababa produciendo una respuesta anómala: la leucemia.

Una vez aplicado el modelo estadístico, llegaron a la conclusión de que los hijos de padres procedentes de otras regiones eran mucho más propensos a padecer leucemia. El riesgo también aumentaba si el índice de población foránea del pueblo superaba el 50%. Para evitar la variable de la contaminación nuclear, el equipo de la Universidad de Newcastle excluyó de su trabajo comparativo los historiales de los niños nacidos entre 1969 y 1989 en torno a Seascale. Sí que tuvieron en cuenta las notas médicas del resto de los 120.000 vecinos venidos al mundo en las mismas fechas.

Los científicos han pedido ahora la colaboración de las madres de todos los niños británicos diagnosticados de cáncer en la última década, para acotar al máximo la búsqueda del agente. Se trata de que recuerden el número y tipo de infecciones que tuvieron ellas durante el embarazo, así como las sufridas por sus hijos hasta la aparición de la leucemia. Algunos centros de investigación han empezado además a formar bancos de sangre con la extraída a los pequeños enfermos para poder elaborar una vacuna. "Es posible que otros factores expliquen la leucemia infantil, pero la teoría del virus pesa por ahora más que ninguna. Identificarlo servirá para fabricar en el futuro una vacuna", según la oncóloga pediátrica Judith Kingston, del Royal London Hospital.

"Estamos haciendo un poco de Sherlock Holmes, pero este nuevo estudio indica claramente la presencia de un agente infeccioso en la sangre de los futuros afectados. Por eso vale la pena seguir avanzando por la nueva ruta", ha señalado Kate Law, miembro de la Campaña para la Investigación del Cáncer, principal asociación británica de su clase.

El estudio ha contado con el apoyo de Richard Doll, uno de los especialistas más reputados del Reino Unido y el primero en relacionar el tabaquismo con el cáncer pulmonar.

Para los grupos contrarios a la energía nuclear se trata sólo de una teoría más. "No servirá más que para explicar en parte la frecuente aparición de casos de leucemia en torno a las centrales nucleares británicas", aseguran.

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