El fantasma de Chechenia
Uno de los grandes peligros del nuevo conflicto en el Cáucaso es que Chechenia, la república separatista que ganó una sangrienta guerra con Rusia, se vea arrastrada a él.Este peligro no es teórico, sino muy real: los rusos ya han comenzado a bombardear algunos distritos de Chechenia, bajo el pretexto de que allí hay destacamentos de guerrilleros que se preparan para ir a Daguestán en ayuda de los rebeldes integristas.
El Ministerio de Exteriores de Chechenia envió una nota de protesta a Moscú por "la violación de la frontera estatal de Ichkeria por parte de las tropas rusas". Iliás Ajmádov, jefe de la diplomacia chechena, ha denunciado bombardeos contra aldeas de los distritos de Vedenó, Sharói y Cherberlói. Ajmádov también acusa a los militares rusos de haber ocupado algunos puntos en dos distritos chechenos. Grozni asegura que hay víctimas entre la población civil y que las bombas han causado grandes daños a las casas. Además, comienza a hacerse sentir el problema de los refugiados que huyen tanto del distrito checheno de Sharói como de las aldeas daguestanas fronterizas.
Chechenia ha enviado una carta al secretario general de la ONU, Kofi Annan, en la que advierte de "la amenaza real de una repetición de la guerra entre Rusia e Ichkeria" y pide a la comunidad internacional para que intervenga e impida que Moscú "extienda el conflicto armado en Daguestán a territorio del Estado checheno independiente".
Grozni niega categóricamente apoyar el movimiento guerrillero daguestano. El presidente Aslán Masjádov reconoce que "un grupo de daguestanos extremistas" han estado en Chechenia, pero asegura que fueron expulsados. En cuanto a Basáiev y Jattab, es sabido que son opositores al régimen de Masjádov, que han tratado de derribar.
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