Lo tenemos crudo

Inquieta la evolución del precio del petróleo y la de los carburantes derivados. A pesar de la habitual menor demanda durante el verano, el barril de crudo cotiza estos días por encima de los 20 dólares, el precio más elevado de los dos últimos años. Y existen elementos de juicio para pensar que esa tendencia va a seguir.Por el lado de la oferta, el acuerdo de reducción de la producción alcanzado el pasado abril en el seno de la OPEP está funcionando; el escepticismo sobre su eficacia estaba justificado por los antecedentes, pero el cartel parece haber aprendido de sus fracasos. La demanda, por su parte, se encuentra sometida a las presiones derivadas de la recuperación de la economía mundial. Un informe de la Agencia Internacional de la Energía ( AIE) divulgado esta semana prevé que el año próximo la demanda de petróleo crecerá en 1,8 millones de barriles diarios, hasta alcanzar los 77,1 millones, frente a un aumento de apenas 900.000 barriles diarios que se registrará este año.

La situación afecta seriamente a la economía española, muy dependiente en este terreno y con un nivel de eficiencia energética inferior al de nuestros vecinos. Lo notará el sector exterior, justo cuando la balanza comercial da muestras de debilidad; pero también afectará a la inflación y al consumo. El impacto sobre los precios ya ha empezado a percibirse. Los carburantes se han situado en su máximo histórico, muy por encima de los vigentes mientras funcionó el régimen de topes, entre 1990 y 1998. La liberalización que sucedió a aquel régimen es contemplada con lógico escepticismo por los consumidores: los precios son más altos que nunca y casi idénticos en todas las gasolineras. A nadie debe extrañar que el Ministerio de Economía anunciase ayer el envío de 11 expedientes al Tribunal de la Competencia por posible concertación de precios.

Dada la incidencia de estos precios en los de muchos bienes y servicios, su subida dificulta los esfuerzos por reducir la tasa de inflación, significativamente superior al promedio de los países con los que compartimos moneda. Si se confirma el pronóstico de los expertos de un IPC a a fin de año superior a la previsión del Gobierno, tras dos años en que ha ocurrido lo contrario, podría invertirse el círculo virtuoso actual. Por eso es tan importante en la actual coyuntura el desbordamiento de los precios del crudo, y por eso es tan urgente la adopción de medidas destinadas a paliar sus efectos.