Chávez, contra Vargas Llosa
La polémica sobre la salvaje campaña internacional contra Venezuela que el miércoles denunció Hugo Chávez ante la Asamblea se agrió ayer, pues numerosos asambleístas incluyeron en la lista de agentes de la contrarrevolución, sin distingos de ningún tipo, a los organismos financieros internacionales y a la Internacional Socialista, instigada por sus correligionarios en Venezuela, los socialdemócratas de Acción Democrática (AD), que en el frente interior, sin embargo, se han embarcado en una intensa campaña de no hacer nada.Pero al único que identificó Chávez en su furibundo discurso (sin nombrarlo) fue al escritor Mario Vargas Llosa, peruano nacionalizado español, que el domingo publicó en EL PAÍS un artículo bajo el título de El suicidio de una nación, en el que señalaba los peligros de la revolución en Venezuela y se refería al propio Chávez como "risible personaje" cuyos "delirios populistas y autocráticos" resultan nefastos para la democracia.
El presidente lamentó que "escritores latinoamericanos se estén prestando a un infundio, a una mentira", y pidió que otros intelectuales de su altura les respondan para restablecer la verdad de lo que sucede en Venezuela. Chávez replicó en tono airado que "el que se suicidó fue un viejo tiempo de corruptelas".
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