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Un espectáculo de La Fura y una fiesta "tecno", dos maneras de ver el eclipse

VIENE DE LA PÁGINA 1 El mundo del espectáculo y la fiesta se sumaron ayer a los diferentes actos que con motivo del eclipse solar se celebraron en diversos lugares de Cataluña. Como en la plaza de Catalunya de Barcelona, donde varios centenares de personas se congregaron para ver en directo, gracias a dos grandes pantallas, La sombra de Fausto, un montaje que el grupo de teatro La Fura dels Baus realizó entre Múnich y Salzburgo. La excusa: la ocultación del Sol por la Luna. El tema: una recreación un tanto irónica del mito de Fausto. El público barcelonés, armado con cámaras fotográficas, de vídeo y filtros de todo pelaje para contemplar el sol, siguió atentamente las explicaciones de uno de los miembros de La Fura, Miki Espuma, que, micrófono en mano, describió lo que sucedía en las dos ciudades. Fue una representación espectacular en la que los dos protagonistas del texto de Goethe, Fausto -situado en Múnich- y un muñeco gigante movido por actores que encarnaba a Margarita -en Salzburgo- se comunicaban vía correo electrónico. Fausto lanzaba preguntas a su amada y ella le respondió irónicamente, como Diógenes a Alejandro Magno, que se apartara para poder ver el sol. La Fura contó con la música electrónica y envolvente del esloveno Robert Metzo y la intervención del Orfeón Donostiarra, que interpretó el fragmento Le Ciel, de la ópera La condenación de Fausto, de Berlioz. La Fura y el Orfeón presentarán esta cantata escénica dentro del festival de la ciudad austriaca el próximo día 19. Más allá de la historia contada por La Fura, lo que despertó aplausos, gritos y silbidos entre el respetable -que ocupó rápidamente y sin contemplaciones las pocas sillas del recinto instalado por el operador Menta (Cable i Televisió de Catalunya)- fueron las imágenes del baile de la Luna ante el Sol. Primero el eclipse de Múnich y un par de minutos después el de Salzburgo. Entusiasmo y fiesta A falta de una desaparición total del astro que llevarse a la boca, fureros, turistas y transeúntes barceloneses pudieron ver las estrellas y catar la oscuridad en pleno día gracias a las nuevas tecnologías. Un anciano afectado por la conmoción mediática acerca de los efectos nocivos de la contemplación directa del eclipse se preguntaba si mirar a las pantallas podía afectarle la vista. No sólo se fue a casa con la retina intacta, sino que tampoco se encontró con el fin del mundo por el camino. Espuma, al finalizar la retransmisión, quiso lanzar "una nota de consuelo a aquéllos que pensaban que se acabaría todo". El entusiasmo hizo que el público se animara a charlar, gracias a la videoconferencia, con los miembros de La Fura desplazados a las dos ciudades centroeuropeas. Éstos, visiblemente satisfechos con el resultado del espectáculo, informaron de que la temperatura había bajado ostensiblemente en la oscuridad y en Barcelona les respondieron que habían podido ver tres eclipses. Pero no sólo hubo espectáculo en Barcelona. También en otros puntos de Cataluña se han realizado actos en torno al sol. Así, en la pedanía de Camp-redó (Baix Ebre), desde el día 9 de agosto y para conmemorar el fin del milenio se está celebrando una fiesta que ayer vivió su punto culminante: bailar descalzos al aire libre con la luz solar atenuada por la sombra de la luna y al ritmo de la música trance. Varios centenares de personas se están rindiendo a esa propuesta de la asociación Recor Ancor, que ofrece conciertos diseñados con ordenador por ocho músicos y seis disc-jockeys. Serán 17 días de magia, porque ésa es la sensación que transmite a los convocados la conjunción entre el evento astronómico, el festival y el espectacular enclave en el que éste se lleva a cabo, conocido como las Argiles d"Anguera. "Cuando llega la noche llega la magia. Parece que estés en otro lugar", comentaban Noelia y Ana. Pero estas dos reusenses estaban ahí, en la arena, bailando bajo el eclipse, moviendo sus vestidos de colores psicodélicos y mirando al sol con sus gafas posmodernas. ¿Neohippies? "Me dejas flipado", respondía Manel Aragonés, uno de los organizadores de este Solar Eclipse Millenium Celebration Dancing Festival. "Mejor decir beauty nature", continuó, "somos naturaleza. Experimentamos cómo se funde la energía cósmica exterior e interior y se produce el principio de la meditación, cuando sientes tu cuerpo y tu sangre, y notas cómo vibra al compás de la música. Entonces, el amor hace acto de presencia". Proyecciones de vídeo y diapositivas, performances, una jam session de percusión y actuaciones de varios grupos pioneros en la música trance configuran parte del programa que se desarrollará hasta el día 25.

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Ciencia y espectáculo
Y las aguas descendieron...

Información elaborada por Isabel Obiols, Miguel Sánchez, Sílvia Berbís y Carles Escolà.

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