Cae la venta de tabaco en Andorra por los controles fronterizos
La vigilancia policial de la línea fronteriza con Andorra para perseguir el contrabando y la intensificación de los controles aduaneros en los pasos fronterizos han originado una caída en las ventas de tabaco que está precipitando en la crisis a la principal industria de Andorra. Las primeras estimaciones indican que las ventas han caído el 60% en lo que va de año. A ello hay que añadir los daños ocasionados por los recientes temporales en las plantaciones.
Hasta los turistas catalanes están dejando de comprar tabaco cuando van de vacaciones a Andorra. Esta industria está atravesando una fuerte crisis en Andorra a causa de la caída espectacular de las ventas en los últimos seis meses. Se esperan los resultados de las estadísticas de este mes de agosto para hacer un cálculo más ajustado, pero las primeras estimaciones indican que las ventas de tabaco se han reducido en un 60% respecto del mismo periodo del año anterior, lo cual aboca a los manufactureros y comerciantes a una situación crítica. Algunos empresarios, como Higini Cierco, responsable de Industrias Montanya, una de las más importantes, no dudan en calificar la situación de "catastrófica". Los fabricantes sitúan las causas de esta grave situación en la rigidez de la legislación anticontrabando que ha entrado en vigor en los últimos meses y su impacto psicológico sobre los visitantes, que tradicionalmente han combinado el turismo con las compras. La policía andorrana está autorizada por la ley a controlar las ventas que los comerciantes hacen en mostrador, e incluso a registrar a los compradores si sospecha que han comprado en exceso para pasarlo de contrabando. Este clima de desconfianza parece haber calado y, de momento, las ventas en supermercados y grandes superficies comerciales han bajado estrepitosamente en los primeros meses de la aplicación de la segunda ley contra el fraude por contrabando de tabaco. El bullicio que siempre registraban estos establecimientos se ha diluido, y no sólo por el control de la policía, sino también porque han subido los precios, aunque quedan todavía muy lejos de los que se pagan en España: un cartón de tabaco rubio manufacturado en Andorra cuesta entre 1.700 y 2.200 pesetas, y uno de tabaco americano, 2.500 pesetas. En España cuesta 3.650. La única industria del Principado está pasando por sus horas más bajas y sus directivos han alertado de que la crisis podría provocar el cierre definitivo de algunas fábricas. Así lo cree Cierco, quien ha explicado que la producción ha bajado considerablemente y que la situación puede llegar a ser insostenible si las cifras de los meses de verano, los de mayor afluencia turística, no mejoran las cifras de ventas. Bajada en las importaciones "Una caída en las ventas del 60% es catastrófico para cualquier producto", afirma Cierco. "Aunque el sector ya advirtió que las consecuencias de determinadas actuaciones podían ser funestas, la situación es mucho más catastrófica e inesperada de lo que el más pesimista podía haber previsto". Las estadísticas, además, muestran una segunda bajada de las importaciones desde 1997. Antes de esa fecha se importaba tabaco por valor de 17.800 millones de pesetas anuales, pero la cifra se ha reducido hasta apenas 6.205 millones en 1998, lo que supone una reducción del 70%. En el primer trimestre de este año las importaciones han disminuido aún en 268 millones. En estas semanas se vive con especial intensidad el problema, puesto que los productores de tabaco, que debían recoger a finales de mes la cosecha de este año para ponerla a secar, han sufrido duramente los temporales de viento y piedra que han sacudido el Pirineo y en algunos casos han perdido hasta el 80% de su plantación. De modo que una parte importante de la población de Andorra podría verse afectada por esta crisis: no sólo los trabajadores de las fábricas de manufactura, sino también todo el sector primario, unas 3.000 personas que viven mayoritariamente del monocultivo del tabaco, y buena parte del comercio del país. PASA A LA PÁGINA 5
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