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MEDIO AMBIENTE [EP] UN ESTUDIO DE UGT ANALIZA LA CALIDAD DE LAS AGUAS

La contaminación de origen industrial en los ríos ha empeorado en los últimos tres años

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La calidad de los ríos de la Comunidad Valenciana en lo referente a vertidos domésticos ha mejorado paulatinamente en los últimos tres años a medida que se han ido construyendo nuevas depuradoras o ampliando y mejorando las ya existentes. Sin embargo, "la situación en general respecto a la contaminación por vertidos industriales ha empeorado notablemente, lo cual refleja fielmente la falta de actuaciones por parte de las industrias y de una planificación seria por parte de la Administración para atajar el problema". Así lo afirma UGT en sus conclusiones a un estudio sobre la evolución de la calidad de las aguas superficiales en la Comunidad Valenciana entre 1996 y 1998.

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El departamento de Medio Ambiente del sindicato se ha limitado a usar los datos de la Red Integral de Calidad de las Aguas de la propia Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), ya que, "pese a las continuas peticiones" de UGT, la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) no les ha facilitado los suyos. El estudio se ha dividido en dos vertientes: el análisis de diversos puntos negros de cada una de las tres provincias (embalses, ríos y ramblas), y la calidad general de todos ríos de la cuenca del Júcar. Y en sus conclusiones apunta que el cumplimiento del Plan Director de Saneamiento y Depuración de la Comunidad, en el que se han invertido en los últimos cuatro años 41.500 millones de pesetas (30.000 del Consell y el resto de las diputaciones), ha supuesto una mejora de los datos de calidad de las aguas de los principales cauces en cuanto a vertidos urbanos, "aunque todavía están muy lejos de cumplir los límites para su utilización como aguas de consumo humano". Sin embargo, no ha ocurrido así con los vertidos industriales. Apuntan desde UGT que éste ha sido un problema añadido detectado en los ríos: "La permisividad de algunos ayuntamientos a la hora de autorizar la conexión a su red de alcantarillado municipal de determinadas industrias". Según el sindicato, las características de las aguas residuales de estas fábricas pueden poner en peligro el correcto funcionamiento de las depuradoras. Como ejemplo, UGT apunta que sólo en 1997 la CHJ advirtió a 238 titulares de almazaras y ayuntamientos la posibilidad de que estuvieran cometiendo delito ecológico. Impacto ambiental UGT considera urgente que la Generalitat acometa un plan de acción encaminado a reducir el impacto ambiental de los vertidos industriales, que además llevará beneficios adicionales: "Incidirá en una mejora de la competitividad de la empresas y, consecuentemente, supondrá un paso más en la estabilización de los puestos de trabajo así como en la creación de nuevas oportunidades de empleo directo e indirecto vinculado al sector industrial medioambiental". Entre los parámetros de contaminación tenidos en cuenta por UGT destaca el del oxígeno disuelto en el agua, que da idea de la capacidad del cauce para acoger la vida piscícola. Los peores resultados los ha dado el río Cànyoles a su paso por Xàtiva y el Magre en Requena. Pero el nivel general ha mejorado. En cuanto a la contaminación microbiológica, sobre todo fecal, casi todas las estaciones estudiadas han mejorado sensiblemente aunque siguen superando ampliamente los límites máximos permitidos. El Vinalopó, a la altura de Elche y Monóvar, ha sido el único que ha empeorado resultados. Sin embargo, es en la contaminación industrial donde UGT suspende la actuación de las administraciones. En los ríos valencianos se han encontrado iones nitrogenados (que producen metahemoglobinemia en los niños y generan otras sustancias, las nitrosaminas, que son cancerígenas); el ion cloruro (que da sabor salado al agua) y los fosfatos (disparan la producción de algas y acaban con otras formas de vida). También se han detectado detergentes; compuestos fenólicos (usados en las industria de la piel, el papel, la juguetería, la metalurgia, la tintorería, los fertilizantes, la farmaindustria y las de fabricación de pinturas, plásticos, resinas y decapantes), y restos de hidrocarburos (combustibles, lubricantes y disolventes). Es decir, tres familias de contaminantes que impiden los correctos intercambios gaseosos. Y, por último, se han hallado los peligrosos iones metálicos. Entre estos últimos destacan el mercurio (que causa problemas neurológicos y afecta a la funcionalidad del riñón y el hígado), el cadmio (alteraciones renales y hepáticas), el plomo (hipertensión y daños en el cerebro), el manganeso (daña el sistema nervioso), el boro (inflamación de las mucosas, afección al sistema nervioso y esterilidad), el cromo (problemas en la piel y cáncer de pulmón) y el hierro (afecta al sabor). Según UGT, y basándose en los límites máximos permitidos, en muchos puntos negros de la Comunidad se ha dado un aumento del número de contaminantes por encima de los niveles recomendables. Y en muchas de esas aguas se han contabilizado más de media docena de estos elementos por encima de las barreras aceptables. La peor situación se ha detectado en Alicante, y destaca Elche, donde se han encontrado hasta nueve contaminantes industriales por encima de los límites máximos. En Castellón las estaciones de Sot de Ferrer y de Vila-real han obtenido los peores resultados. Y en Valencia son Xátiva y Requena donde más contaminación industrial se midió.

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