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LA POSGUERRA EN YUGOSLAVIA

El Pentágono ordena el relevo prematuro del jefe militar de la OTAN por su dirección de la guerra

La guerra de Kosovo ha supuesto una terrible derrota personal y profesional para el militar que la dirigió, el general estadounidense Wesley Clark. El Pentágono, donde Clark nunca ha sido demasiado popular, acaba de comunicarle que el próximo abril terminará de modo abrupto su mandato de comandante en jefe de las fuerzas de la OTAN en Europa. Clark no llegará a cumplir tres años en ese puesto, un mínimo alcanzado por la mayoría de sus predecesores. Aún más, el Pentágono ha forzado que en esa fecha Clark ponga término a su carrera militar y se reincorpore, a los 54 años de edad, a la vida civil.

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Wesley Clark, según informó ayer The Washington Post, recibió en Bruselas la notificación de su cese tan sólo una hora antes de que éste fuera transmitido por fuentes del Pentágono a algunos medios de comunicación. La cúpula militar de Estados Unidos subrayó así su desprecio por un general que considera obsesionado por cultivar la amistad de los políticos, empezando por la de su protector, el presidente Bill Clinton. Ya en plena campaña de bombardeos contra las fuerzas serbias de Kosovo, fuentes del Pentágono filtraron que la guerra de Kosovo sería el fin de la carrera de Clark. Esas fuentes anticiparon lo que ahora se ha hecho realidad: que el jefe militar de la OTAN nunca podría alcanzar el siguiente escalón, la jefatura de la Junta de Jefes de Estado Mayor de EEUU.Clark será reemplazado como comandante de la OTAN por el general de la Fuerza Aérea de EE UU y veterano piloto de la guerra de Vietnam Joseph Ralston, que hace dos años estuvo a punto de ser nombrado jefe del Estado Mayor pero tuvo que renunciar al puesto al descubrirse que en los años ochenta tuvo una aventura extraconyugal. El adulterio sigue siendo un escándalo y un delito en el seno del Ejército estadounidense, pero tanto los compañeros de armas de Ralston como el secretario de Defensa, William Cohen, consideran que el veterano de Vietnam debe culminar su carrera con un puesto tan importante como la comandancia de la OTAN.

Socio político de Clinton

Clark, que como Clinton fue criado en Arkansas y estudió en la Universidad de Oxford con una beca Rhodes, y que está considerado un amigo y socio político del presidente, ha declarado a la prensa estadounidense que acepta disciplinadamente el cese prematuro impuesto por sus superiores en el Pentágono. "Aún tengo mucho tiempo para hacer mi actual trabajo y voy a concentrar en ello toda mi atención", dijo desde Bruselas a The Washington Post.La Casa Blanca se vio obligada a recordar ayer que Clark "hizo un gran trabajo en Kosovo" y "ganó la guerra". El portavoz, Joe Lokhart, aseguró que "nadie ha sido despedido ni forzado a marchar". Y concluyó: "El presidente tiene la máxima confianza en Clark". Pero a lo largo de las 11 semanas de campaña aérea contra las fuerzas serbias, el Pentágono criticó sin ambages la beligerancia personal de Clark contra Slobodan Milosevic que, según sus compañeros de armas, excedía sus obligaciones profesionales. Los militares estadounidenses también discutieron su insistencia en preparar una ofensiva terrestre en Kosovo si fracasaban los bombardeos sobre Yugoslavia.

Clark fue acusado de haber olvidado la llamada doctrina Powell que, a partir de la experiencia de Vietnam, predica que EE UU no debe comprometerse en lejanas guerras en el extranjero, y añade que cuando tenga que hacerlo, como ocurrió en el golfo Pérsico, la superpotencia debe prepararlas con tiempo y poner desde el primer momento en juego toda su enorme potencia de fuego. El éxito de la OTAN en Kosovo, que algunos expertos militares califican de la primera guerra ganada enteramente desde el aire, no ha acallado esas voces críticas, mayoritarias en la cúpula militar de EEUU.

La hora de la revancha

Terminado el conflicto y con un Clinton que al entrar en el último tramo de su mandato presidencial se convierte en eso que los estadounidenses llaman pato cojo, la poderosa máquina del Pentágono ha visto llegada la hora de la revancha contra Clark. Ésta se ha simbolizado en el abandono de la jefatura militar de la OTAN el próximo abril, tres meses antes del fin del mandato de tres años que se considera un mínimo en este cargo.El secretario de Defensa, William Cohen, asegura que ha discutido con Clinton la posibilidad de ofrecerle a Clark una embajada en el extranjero al término de su presencia al frente de la OTAN, "como un modo de seguir utilizando su talento". Clark afirma que no le ha llegado todavía el momento de estudiar qué hará cuando abandone Bruselas. "Hay un montón de gente en la Alianza Atlántica que se va a preguntar qué es lo que ha pasado y por qué", declaró al diario de la capital estadounidense el almirante Leighton Smith, que fue comandante de las fuerzas norteamericanas en Bosnia y ha trabajado con Clark.

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