Clinton planea indemnizar a los empleados de las fábricas de armas atómicas
La Administración del presidente Clinton anunció ayer su decisión de apoyar un plan para indemnizar a los trabajadores civiles que padecen enfermedades crónicas por haber estado expuestos al berilio -un metal ligero utilizado en los reactores nucleares- durante los años que trabajaron en las fábricas estatales donde se fabricaban las armas atómicas. Con ello, el Gobierno norteamericano pretende contribuir a rectificar un "error"que se ha venido cometiendo durante décadas y que afecta a unas 20.000 personas, en su mayoría de más de 50 años de edad, que participaron en el esfuerzo bélico desarrollado durante los años de la guerra fría. El secretario de Energía, Bill Richardson, subrayó que esta decisión supone un vuelco a la postura mantenida desde los años cuarenta por la Administración de hacer frente a las numerosas demandas legales planteadas por estos antiguos empleados para lograr indemnizaciones. "Muchos hombres y mujeres que nos ayudaron durante la guerra fría trabajaron en condiciones de riesgo y estuvieron expuestos a sustancias altamente peligrosas", dijo Richardson. La Administración preve un desembolso para estas compensaciones de aproximadamente 13 millones de dólares -unos 2.080 millones de pesetas- anuales, durante los próximos diez años.
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