El Gobierno empezará a construir en agosto la celda de Barakaldo, su mayor actuación contra el lindane
El Gobierno vasco iniciará en agosto la construcción de la infraestructura más importante para eliminar los residuos de lindane, que han contaminado más de medio millón de metros cúbicos de tierras en Euskadi, la mayoría en Vizcaya. Será el depósito de seguridad de Barakaldo, que albergará 300.000 metros cúbicos y costará 4.500 millones, el 80% financiado con fondos europeos. La complejidad de los trabajos, especialmente el transporte de los desechos del pesticida, obliga a que se prolonguen durante 33 meses, por lo que concluirían en mayo del año 2002.
El depósito de seguridad de Barakaldo es la última de las tres infraestructuras que decidió acometer a principios de la década el Gobierno vasco para solucionar el problema originado por el lindane, un pesticida cuyos residuos se vertieron indiscriminadamente a mediados de siglo y durante más de 40 años. Los dos restantes han sido otro depósito junto al aeropuerto de Sondika, concluido hace un año y con 100.000 metros cúbicas de tierras contaminadas, y la planta de eliminación del lindane puro, que ya funciona y dentro de dos años habrá eliminado las 5.000 toneladas abandonadas en una de las fábricas que producían el pesticida. La celda de Barakaldo albergará 300.000 metros cúbicos de tierras de 13 focos localizados en siete municipios de la Margen Izquierda: Galdames, Erandio, Ortuella, Abanto, Portugalete, Sestao y Barakaldo, localidad que tiene hasta seis emplazamientos contaminados. En esta comarca se ubican gran parte de la treintena de focos existentes en el País Vasco hasta que se empezó a actuar. Junto a un vertedero El depósito se ubicará junto a un vertedero en desuso, cuyo reacondicionamiento prevé el proyecto tras los múltiples problemas de contaminación que ha provocado en los últimos años. Un portavoz de la sociedad pública ambiental Ihobe informó de que esta tarea será la primera que se aborde a partir de agosto y, posteriormente, se construirá el depósito de seguridad. La última fase será la recogida de los residuos de lindane en los 13 focos y el transporte hasta la celda de seguridad en Barakaldo. El proyecto incluye la construcción de dos depuradoras para los lixiviados que se generen y un sistema de desgasificación del vertedero, señalan fuentes del Ihobe. "Existe un plan de control medioambiental, con vigilancia semanal de los lixiviados antes de iniciar las obras y cada 15 días durante tres meses. Los lixiviados de la celda también tendrán un control periódico, así como las aguas superficiales y las subterráneas". La construcción de esta infraestructura ha requerido de la declaración de impacto ambiental, la autorización de gestión de residuos, las licencias de actividad y de obras y, finalmente, las autorizaciones de los departamentos de Transportes e Industria del Gobierno. "Están todas concedidas, menos la de Industria, que se realiza una vez iniciada la obra", agregan las citadas fuentes. Al igual que las otras soluciones puestas en marcha contra el lindane, este plan ha sido cuestionado por ecologistas y vecinos. La plataforma vecinal creada censura la existencia de varios cursos fluviales cercanos, la presencia de viviendas a menos de 100 metros, una deficiente orografía con una vaguada de pendientes de hasta un 50% y la pretensión de mezclar "diferentes residuos tóxicos y peligrosos sin un estudio de caracterización previo". La ubicación en Barakaldo también fue polémica, pero el Ejecutivo adujo que era la idónea con el fin de reducir el número de desplazamientos para transportar el lindane. El confinamiento en celdas de seguridad, un método que existe en países europeos como Francia, Alemania y Holanda, es una medida provisional hasta que encuentre una solución tecnológica asequible económicamente para eliminar el lindane.
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