El G-7 niega la ayuda a Serbia hasta que cambie de régimen

Los ministros de Economía del G-7 -el club de los países más ricos del mundo- reunidos para organizar la ayuda económica a los Balcanes, decidieron ayer que Serbia no obtendrá subvenciones a la recuperación del país hasta que "cambie de régimen" y se democratice. Así lo destacaron tanto el presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn, como el comisario europeo de Asuntos Monetarios, Yves-Thibault de Silguy. La incógnita que plantea esta decisión es lo que ocurrirá con la ayuda humanitaria. Ésta es siempre incondicional, se otorga independientemente de la orientación de los Gobiernos, porque su objetivo es apoyar a las poblaciones afectadas por los desastres, según los principios internacionales que la rigen. Por tanto, no el Gobierno, pero sí el pueblo serbio tiene derecho a la ayuda alimentaria o de otro tipo.

La cuantificación de las necesidades financieras va para largo. Se hará el 23 de julio y, más a fondo, en otoño. La impresión del G-7 es que el nivel de daños en Kosovo es inferior al previsto y que la recuperación económica se ha iniciado. ¿Cómo se repartirá la factura? El grueso correrá a cargo de la Unión Europea, cuyo Ecofin dispuso el lunes de 1.000 millones de euros (167.000 millones de pesetas) para este ejercicio.

El grueso de la guerra lo pagó EEUU, el de la paz lo financiarán los Quince. De hecho, EEUU aplicará su habitual política de la zanahoria y el garrote al envío de ayuda humanitaria a Yugoslavia. Según James Rubin, portavoz del Departamento de Estado, tendrán ayuda norteamericana aquellos lugares en los que haya cambios democráticos y oposición al presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic: "La prioridad será para los ayuntamientos o las localidades en las que el cambio democrático sea más vibrante", informa José Manuel Calvo.