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"Aviso: los tribunales son dañinos para su salud económica"

La industria estadounidense del tabaco ha tenido una larga y feliz relación con los tribunales hasta hace muy poco tiempo. Y aunque sus recursos legales todavía no están agotados, las cosas ya no son lo que eran, sobre todo porque la sociedad ha cambiado, y los tribunales constituyen una amenaza para la salud financiera de las compañías. Durante más de medio siglo (el primer intento de proceso se remonta a 1939, el caso Liggett contra DeLape, y la primera querella individual no se entabla hasta 1954) las empresas han evitado pagar un centavo de indemnización. Sus abogados ahogaban a los contrarios con papeleos y recursos. Las escasas querellas se encontraron desde 1965 (Ley de Etiquetado y Publicidad del Tabaco) con un argumento eficaz: "El Gobierno nos obliga a advertir en las cajetillas que el tabaco puede ser dañino. El que fume sabe lo que hace". Los jurados aceptaban el razonamiento.

Pero el argumento se ha debilitado. Los jurados están al tanto de los estudios sobre la adicción que causa la nicotina, sobre la posibilidad (conocida y desestimada por las empresas) de extraer la nicotina del tabaco y sobre las enfermedades que sufren los fumadores. La causa antitabaco se convirtió en popular, en electoral. La legislación local, estatal y federal que limita el humo de los cigarrillos en los lugares públicos se ha extendido de costa a costa en el último decenio. Y los grupos que se movilizan contra el tabaco aprendieron la lección de pasados fracasos y la aplicaron contra la industria: un ejército de abogados que trabaja para el Gobierno federal, para los fiscales de los Estados y para grupos de particulares.

Resultado: una lluvia de demandas que caen ahora en oídos mucho más amistosos, de forma que el argumento de las tabaqueras se contesta así: "Mi cliente estaba al tanto de los avisos en las cajetillas, pero la naturaleza humana es débil y la cuestión fundamental es que la industria manipuló el producto para mantener el hábito y conspiró para ocultar el alcance global de los daños causados".

Ésa es la conclusión del jurado de Florida, que será recurrida. El primer objetivo de la industria será deslegitimar la demanda colectiva, con el argumento de que cada caso debe verse individualmente. Además, el jurado cree que las empresas son responsables de las enfermedades.

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