_
_
_
_

La justicia de EE UU culpa a las tabacaleras de las enfermedades de los fumadores

Un tribunal de Florida da la razón a las denuncias de unos 500.000 adictos al cigarrillo

La industria del tabaco de EE UU sufrió ayer un golpe potencialmente mortal al ser hallada culpable en el mayor juicio de la historia en su contra, del que salen beneficiados cerca de medio millón de fumadores enfermos de Florida que piden indemnizaciones que podrían llegar hasta 500.000 millones de dólares (unos 80 billones de pesetas). Según el veredicto, las tabacaleras son responsables de provocar una veintena de enfermedades a los consumidores de tabaco, han actuado fraudulentamente añadiendo sustancias adictivas en los cigarillos, y todo ello a sabiendas de los efectos dañinos que causaban.

Más información
Una ofensiva imparable

En una sala repleta de público en el Tribunal de Circuito de Miami, el juez Robert Kaye leyó durante casi 25 minutos el complicado veredicto de 12 páginas con el que concluye la primera fase del juicio que comenzó hace un año. Los seis jurados tuvieron que responder a diez preguntas sobre la responsabilidad de cada una de las compañías tabacaleras acusadas. Tras revisar más de 37.000 páginas de documentación y analizar cientos de testimonios, todos coincidieron en que los fabricantes deben pagar daños y perjuicios por la manipulación malintencionada de sus productos. En la segunda fase de este proceso, cuya fecha no está prevista, se determinará la indemnización que tendrán que pagar las tabacaleras.

La demanda original, entablada en 1994, pedía 200.000 millones de dólares. Pero las repercusiones económicas podrían llegar a 500.000 millones de dólares. El caso de Miami sienta un precedente legal en Estados Unidos que abre las puertas al resto de los millones de fumadores del país.

Es la primera vez que son los propios afectados los que sientan en el banquillo a la poderosa industria. Los juicios que se habían seguido hasta el momento los habían interpuesto los propios Estados, con excepción de uno, en el que un grupo de azafatas y sobrecargos de aerolíneas que demandaron a las tabacaleras por inhalación involuntaria de humo y obtuvieron una indemnización de 350 millones de dólares (alrededor de 56.000 millones de pesetas).

El juez fue entonces el mismo que preside este juicio, Robert Kaye, que en este caso ha prohibido a todas las partes que hablen directamente con la prensa. Por ello, ayer ninguna de las partes se atrevió a hacer comentarios a los periodistas tras conocerse el veredicto.

Besos y abrazos

Sin embargo, la derrota y la victoria estaban claramente demarcadas a uno y otro lado de la sala: besos y abrazos entre los fumadores y las familias de las víctimas del tabaco y silencio sepulcral entre los representantes de los acusados. "La siguiente fase no va a ser tan larga", dijo por su parte Kaye. Aunque nadie se atreve a usar la palabra bancarrota para describir el horizonte de las tabacaleras, los analistas vaticinaron ayer en diversos programas de las principales cadenas nacionales de televisión que las consecuencias serán ruinosas para la industria del tabaco, que tendrá que enfrentarse a otras demandas, y con ello, miles de millones de dólares en pérdidas por las indemnizaciones y la previsible bajada de sus acciones en Wall Street. Ayer mismo la cotización de Philip Morris ya cayó 2,56 dólares, y la de Reynolds, 1,19.

Las conclusiones finales también podrían cambiar las regulaciones de sanidad. Los abogados de la defensa han mantenido a lo largo del juicio la inocencia de las empresas, alegando que no manipularon los cigarrillos para hacerlos adictivos y que los fumadores conocían perfectamente los peligros y decidieron libremente fumar.

En el banquillo de los acusados del juicio de Miami estaban: Philip Morris Inc., R. J. Reynolds Tobacco Co. y el Tobacco Institute, Brown and Williamson Corp., Lorillard Tobacco Co. y el grupo Liggett, y Brooke Group, el Consejo de Investigación para el Tabaco y el Instituto del Tabaco.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_