Un arma de hacer dinero

Todas las principales asociaciones médicas y de derechos civiles se oponen a la nueva ley. Jeff Crowley, portavoz de la Asociación Nacional de Enfermos de Sida, aseguró a este periódico que con esta ley las compañías privadas de seguros médicos y las empresas financieras tienen un arma con la que conseguir más dinero gracias a la pérdida de la privacidad de los ciudadanos: "Los fabricantes de medicamentos podrán tener acceso a los historiales clínicos para fabricar los productos más rentables", explica Crowley, "y el FBI podrá hacer uso de esa misma información sin restricciones de ningún tipo". La cuestión es especialmente compleja en un país como EE UU en el que los créditos se conceden en función de los antecedentes financieros del cliente, no de su situación en el momento de solicitar el préstamo. Por ejemplo: una mala historia crediticia (como aquí se denomina) permite a una compañía de teléfonos móviles rechazar a un nuevo cliente.