La Conferencia de la Ciencia debate la colaboración internacional
ENVIADA ESPECIALLa desigualdad entre Norte y Sur aflora en prácticamente todos los debates de la Conferencia Mundial sobre la Ciencia que se celebra en Budapest, organizada por la Unesco y por el Consejo Internacional para la Ciencia. La colaboración científica internacional, tanto a escala mundial como regional, es necesaria para sobrevivir en la globalización actual de la economía, destacó ayer Enric Banda, secretario general de la Fundación Europea para la Ciencia. Todos estuvieron de acuerdo. Pero, a la hora de establecer prioridades de la colaboración, es cuando surgen las perspectivas diferentes.
Hu Qiheng, vicepresidenta de la Academia China de Ciencias, señaló que en los últimos 20 años, 300.000 jóvenes de su país con estudios superiores han ido a trabajar a otros países. La fuga de cerebros preocupa a muchos países en desarrollo, hasta el punto de que en la preparación de la Conferencia, India intentó introducir la idea de un impuesto sobre la fuga de cerebros que pagarían los países que se benefician de ello. La espinosa cuestión no entró finalmente en el borrador de Declaración sobre la ciencia y el uso del saber científico que se debatirá a partir de mañana en sesiones plenarias para ser aprobado en la clausura, el próximo jueves.
Desigualdades patentes
Incluso en el debate acerca de las cuestiones éticas, la desigualdad sale a flote. Ayer, una participante turca, en medio de la discusión acerca de aspectos éticos y legales de la genética, señaló que en la identificación de muchos genes implicados en enfermedades hereditarias, "las muestras, es decir, las personas en que se han encontrado esas mutaciones genéticas, estaban en el Sur mientras que los laboratorios donde se hacen los análisis estaban el norte. Esto no es colaboración". La cooperación internacional en ciencia carece de mecanismos de financiación, dado que con singulares excepciones, como la UE, los fondos para investigar salen de los presupuestos nacionales, señaló ayer Julia Marton-Lefebre, directora del programa Leadership for Enviroment and Development, de la Fundación Rockefeller. También dijo que si la ciencia es internacional, ¿por qué no existe un foro donde los máximos responsables políticos se sienten a discutir y a tomar decisiones sobre ciencia?
En cuanto a otro tipo de ausencias suenan voces críticas en Budapest por la falta de mujeres entre las máximas autoridades de la conferencia, aunque uno de los paneles específicos de debate aborda hoy el tema de la mujer y la ciencia. Asimismo se ha señalado la ausencia de jóvenes centíficos. Pero la semana pasada se celebró, también en Budapest, el Foro Mundial de Jóvenes Científicos.
El Foro hace varias recomendaciones, entre ellas: que los científicos asuman en mayor medida sus responsabilidades en la información abierta a la sociedad; que se refuerce la educación científica y que colaboren en ella los científicos, y que la educación aborde la ciencia de modo interdisciplinar.
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