"En un vestuario se respeta mucho al que estudia"

El entrenador Iñaki Sáez (Bilbao, 1943) es uno de los hombres de moda en el fútbol español. Campeón del mundo sub 20 y europeo sub 18 este año, Sáez ha demostrado, además, otras cosas: sus equipos no parecen obsesionados con ganar, pero lo consiguen. Dio alas a los que piden más proteccionismo futbolístico y se ganó fama de educador, de un hombre que cree que la victoria es importante, pero que la formación es la parte fundamental de su trabajo. "Un entrenador debe enseñar a jugar y, cuando lo ha hecho, es cuando puede decir que ha cumplido su labor. Si lo hace bien, ganar viene por añadidura. La clave es ésa, enseñar a jugar bien", dice Sáez, que cursó dos años de industriales mientras era jugador profesional del Athletic. Le gusta recomendar a sus jugadores que no dejen sus estudios, pero también les sugiere "que no se apuren, porque no hay prisa".

Sáez cree que tener una carrera es importante para el día después -"el fútbol es el cielo, y dejarlo es volver a la tierra"-, pero también para el durante: "En un vestuario se respeta mucho al que estudia". Cuenta que el momento más amargo para un entrenador de juveniles es cuando tiene que decir no, el momento de comunicar a un chaval que el equipo en el que juega no cuenta con él para el próximo año. "Muchas veces, lamentablemente, al que peor le sienta es al padre", comenta. Pero no son más que gajes del oficio. "Un entrenador es siempre un educador", concluye.